| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Sánchez sentencia a Lesmes tras el espectáculo del Supremo: lo quiere fuera

El presidente del CGPJ llevaba semanas tendiendo puentes con el Ejecutivo para que accediera a prorrogar su mandato, pero el incendio por la sentencia de las hipotecas ha calcinado su plan.

| Miguel Blasco España

De forma sigilosa, con guiños y contactos informales -"como se hacen estas cosas en el Poder Judicial", explica a ESdiario un exvocal del CGPJ- el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, llevaba semanas "tendiendo puentes" con el Gobierno socialista de Pedro Sánchez.

Su objetivo: seguir en el cargo prorrogando su mandato al frente del máximo órgano de gobierno de jueces y magistrados que, según el calendario constitucional, debe ser renovado de inmediato. Y, con él, el propio Lesmes.

Tanto Lesmes como La Moncloa consideran, según las fuentes consultadas por este periódico, que la salida del presidente del Supremo y del CGPJ "en este momento procesal" es "muy inoportuna". El momento procesal al que se refieren estas fuentes es el juicio por rebelión contra Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y el resto de procesados por el 1-O.

Cabe recordar que Lesmes, en tanto que jefe del juez Pablo Llarena, ha sido objeto de linchamiento permanente por parte del independentismo. De hecho, Sánchez y su ministra de Justicia, Dolores Delgado, le ratificaron en el cargo tras la petición oficial de dimisión que hizo hace un mes Quim Torra, tras conocerse una serie de polémicos emails privados de magistrados del Alto Tribunal.

Lesmes, nombrado en 2013 a propuesta de Alberto Ruiz-Gallardón, se ha alejado progresivamente del PP. "No es uno de los nuestros, trabaja exclusivamente para sus intereses personales", asegura un magistrado del TS del sector conservador.

El último guiño de Lesmes a Sánchez fue hace apenas un mes. En septiembre propuso la renovación del considerado topo del PSOE, Álvaro Cuesta, en la Comisión Permanente del CGPJ, la versión reducida del Consejo que gobierna de hecho el Poder Judicial. Cabe recordar que Cuesta fue el hombre para todo de José Luis Rodríguez Zapatero en la Judicatura. Y muchos miembros del Tribunal Supremo creían que había llegado la hora de su relevo.

 

 

Carles Lesmes, durante su juramento como presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, el 11 de diciembre de 2013.

 

Lo que Lesmes había trasladado a Sánchez es que, dada la actual coyuntura política, lo mejor era su permanencia al frente del Supremo hasta el final de la legislatura. Es decir, que sean las nuevas Cortes salidas de las próximas urnas las que nombren a su relevo. El antecedente lo protagonizó Francisco Hernando, que prolongó su mandato tres años, en la etapa entre 2001 y 2008.

Pero las maniobras de Lesmes, que según fuentes del Supremo estaban "bien encarriladas", saltaron por los aires este viernes tras el sainete protagonizado por la Sala Tercera, la de lo Contencioso-Administrativo, con la polémica resolución sobre el pago del impuesto sobre la formalización de las hipotecas.

Este freno y marcha atrás ordenado por Lesmes tras la discutida sentencia del órgano que preside el magistrado Luis Díez-Picazo ha provocado un terremoto de la misma magnitud en el ámbito jurídico que en el político.

Díez-Picazo, más que cuestionado entre sus compañeros, es considerado por muchos de ellos un "enchufado" de Lesmes, que le aupó a lo más alto del tribunal "para garantizarse complicidades futuras", según fuentes de la sede del CGPJ en la madrileña calle del Marqués de la Ensenada.

De esta forma, Lesmes y su entorno empiezan a hablar en privado de una "venganza" en clave interna. La rectificación de la sentencia -en teoría para calmar a la banca- ha indignado a la izquierda del PSOE y, más aún, a Podemos. Y el Supremo y sus magistrados -siempre en su discreto segundo plano- están en las primeras páginas de los diarios.

Lesmes sabe que sus maniobras para continuar han sufrido un golpe demoledor. Y según fuentes socialistas consultadas por ESdiario, la renovación del Poder Judicial se hará "en tiempo y forma". Es decir, el Congreso comenzará en diciembre los trámites.

Ya comienzan a circular las quinielas y en la izquierda un nombre suena con fuerza, el del magistrado Cándido Conde-Pumpido. Pero Sánchez apuesta por una mujer, que podría ser la juez de la Sala Cuarta Lourdes Arastey.