| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Susana Díaz durante su comparecencia.
Susana Díaz durante su comparecencia.

El PP noquea a Susana en el Senado con los enchufes de su marido y dos cuñados

La presidenta andaluza ha utilizado todas las tretas posibles para, en plena precampaña, no contestar las preguntas comprometedoras sobre los EREs y los contratos de su familia.

| A.I.M. España

"Vengo con toda disposición a ayudar y colaborar", proclamó Susana Díaz nada más sentarse ante los miembros de la comisión de investigación sobre la financiación de partidos políticos del Senado, todos ellos del PP (los demás partidos nunca han querido participar).

Pero pronto descubrieron sus señorías que la intención de la presidenta de la Junta de Andalucía no era tal. Sino esquivar a toda costa todas las balas del PP para que el caso de los EREs, el mismo que la ha llevado a adelantar las elecciones al 2 de diciembre, no le dañe en plena precampaña electoral.

Y para ello utilizó Díaz todas las tretas a su alcance, desplegando una sorna inusitada ante al portavoz del PP en la comisión, Luis Aznar, al que llegó a confesar que le estaba "cogiendo cariño" a pesar de la dureza de sus preguntas. "Estoy a gusto con usted", le dijo. 

La presidenta andaluza y candidata del PSOE no quiso hablar de nada que fuera anterior a los cinco años que lleva en ese cargo, y proclamó: "Llevo cinco años de presidenta y seis en el Gobierno de Andalucía, y no tengo una sola mancha. Ésa es la tranquilidad con la que cada noche acudo a casa", sostuvo. 

Díaz se desvinculó de la gestión de sus dos antecesores, José Antonio Griñán y Manuel Chaves, y cuando no le interesaba contestar algo (sobre las sedes del PSOE andaluz o determinados cargos de su partido), se quejaba de que la hubieran llamado "la víspera de las elecciones andaluzas". 

La socialista habló de "teatro", "pataleta", "acto preelectoral" y "desesperación" del PP, e incluso llegó a afirmar que la Cámara Alta "ha caído muy bajo" con esta comisión. Momento en el que la presidenta de la misma, Rosa Vindel, intervino para pedirle respeto.

Incluso intentó Díaz -sin éxito- que cuando Aznar habló de su "gracejo" ello pareciera un ataque al acento andaluz. "Deje de hacerse la mártir. Usted no es Andalucía. Andalucía tiene todo el respeto", replicó el senador popular. 

El momento de máxima tensión se produjo cuando salieron a colación el marido de la presidenta andaluza, José María Moriche, y dos cuñados de ella: Felipe Gallardo y Anais Gallardo. Puesto que los tres estuvieron vinculados al Instituto de Formación y Estudios Sociales (Ifes) de UGT.

Ella describió a los tres como "tres trabajadores anteriores a que yo fuera miembro del Gobierno de Andalucía". Y añadió: "Desde que tengo responsabilidad pública no han vuelto a trabajar con la UGT ni con el Ifes". 

El portavoz del PP le preguntó si tiene algún otro familiar que esté o haya estado contratado para trabajar en alguna empresa subvencionada por la Junta de Andalucía. Y se lo preguntó no una ni dos, sino seis veces".

Pero la presidenta andaluza se negó a contestar, limitándose a decir que todo eran "insidias" del PP y que un trabajador no tiene por qué conocer si su empresa recibe subvenciones públicas o no. "Mi entorno no es un entorno que coma con Villarejo (el excomisario) ni tengan Jaguar", dijo yéndose por la tangente no sin sentenciar que "en mi familia no hay enchufados, hay trabajadores honrados".