La oferta de los Pactos de la Moncloa bis, oficializada este jueves por Pedro Sánchez en el Congreso, amenaza con descolocar al líder morado. Lo explica alguien que le conoce muy bien.
"¿Están ustedes dispuestos?"... Del pleno del Congreso de los Diputados que este jueves ha dado luz verde a la prórroga del estado de alarma hasta el 26 de abril, ha salido otro gran titular. Pedro Sánchez parece dispuesto -otra cosa es su verdadera voluntad- a impulsar ahora sí un diálogo con el resto de partidos políticos para afrontar el gigantesco desafío que llegará a España cuando finalice la crisis del coronavirus.
Sánchez ha oficializado que tiende la mano de su gobierno a la oposición, aunque los primeros en rechazarla o ningunearla han sido algunos de sus propios socios.
Sin duda, el que más recelos tiene a esa especie de Pactos de la Moncloa bis, es Pablo Iglesias. Sabedor que si se alcanzan grandes acuerdos de Estado trasversales y plurales, fracasará su apuesta por la salida chavista que apadrina desde hace semanas.
El exdirigente de Podemos, exsecretario general de Podemos Madrid y exportavoz en el Senado, Ramón Espinar, ha aireado este jueves el debate interno que esta iniciativa provoca entre los dirigentes del partido morado. Lo que él propio Espinar -purgado como tantos otros- llama "dilema" de Pablo Iglesias.
A Iglesias se le presenta un dilema entre su posición actual y sus posibilidades futuras. Entre la política que disputa la hegemonía y la que disputa el dominio.
— Ramón Espinar (@RamonEspinar) April 9, 2020
Probablemente este debate sobre Pactos de la Moncloa va a reordenar el sistema de partidos. Y UP lo tiene difícil.
Es un modelo legítimo y mejora en algo lo que se hizo en 2008, pero está muy lejos de un modelo de salida de esta crisis con un proyecto igualitario y un impulso productivo en España.
— Ramón Espinar (@RamonEspinar) April 9, 2020
UP difícilmente lo comparte desde su programa, pero quedar fuera implicaría salir del Gobierno.
... pero también supondría, para todo el que quede dentro del acuerdo, la imposibilidad de plantear una alternativa.
— Ramón Espinar (@RamonEspinar) April 9, 2020
Hasta ahora la salida es capitalismo de Estado. Es decir, lo público rescatando a lo privado e hipotecando su capacidad futura de impulso productivo.