| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Fernando Simón
Fernando Simón

El Gobierno ignora a Fernando Simón y endurece el uso de las mascarillas

El portavoz sanitario sostenía en una entrevista en televisión que no era fundamental, pero ahora el Gobierno la hace obligatoria incluso cuando se pasea solo y por el campo.

| A. J. España

El Gobierno ha decidido endurecer aún más el uso de la mascarilla. Pese a los mensajes contradictorios que se han mandado desde el Ejecutivo que cuando se inició la pandemia aseguró que no era necesaria, ahora ha dado un paso más allá y lo ha hecho, haciéndola obligatoria en todo momento.

"Sigo pensando que la mascarilla no es clave para detener la transmisión", decía Fernando Simón hace tan solo unas semanas en una entrevista con Jordi Évole. Sin embargo, sus palabras vuelven a resultar reveladoras, una vez que el Gobierno ha decidido hacer todo lo contrario.

 De hecho, el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado este martes el Proyecto de Ley de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la Covid-19.

Entre las medidas contempladas en el texto, que entrará este miércoles en vigor y se mantendrá hasta que acabe la pandemia, se establece la obligación para las personas, a partir de los seis años, de usar mascarilla en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público, incluso aunque se mantenga la distancia de seguridad de 1,5 metros.

De esta manera, aunque se pasee solo, por el campo, será obligatorio su uso y además, el hecho de no hacerlo conllevaría una sanción de 100 euros, pero en caso de que se considere una infracción grave, que esta recogida en el artículo 36.6 de la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana, podría oscilar entre 601 hasta los 30.000 euros.

Aun así, la mascarilla no será exigible para las personas que presenten algún tipo de enfermedad o dificultad respiratoria que pueda verse agravada por su uso o que, por su situación de discapacidad o dependencia, no dispongan de autonomía para quitarse la mascarilla, o bien presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización.