| 25 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Pedro Sánchez durante la reunión de su partido.
Pedro Sánchez durante la reunión de su partido.

Otegi se ve con una emisaria de Iglesias mientras el PSOE finge que no hay pacto

Sánchez y su vicepresidente segundo han acordado que sean los morados los que encaucen las conversaciones con Bildu al menos hasta que baje la marea dentro de las filas socialistas.

| Ana Isabel Martín España

Ha bastado con que Pedro Sánchez dé un golpe en la mesa para que los barones socialistas se cuadren y callen. Ni siquiera Guillermo Fernández Vara tuvo más que añadir después de que el presidente del Gobierno abroncara a los críticos con el de Bildu durante la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE

El PSOE de Extremadura entendió el aviso rápidamente y su portavoz cambió el paso de inmediato: no nos gusta la foto con Bildu -afirmó Juan Antonio González- pero... "tampoco nos gusta la foto con Vox", añadió, comparando el partido de Arnaldo Otegi con el de José Antonio Ortega Lara, el protagonista del secuestro más largo de ETA. 

La rueda de prensa de José Luis Ábalos, en la que el secretario de Organización del PSOE matizó que no hay acuerdo con Bildu y que puede que ni acaben votando a favor de los Presupuestos, podía parecer un paso atrás de Sánchez. Pero solo para coger impulso. 

Este mismo lunes, de hecho, la negociación con Bildu se trasladó al País Vasco. Y al máximo nivel, con Arnaldo Otegi como interlocutor. Allí se reunieron el coordinador general de Bildu y la líder de Podemos en el País Vasco, Pilar Garrido, una mujer de la confianza de Pablo Iglesias.

El encuentro se produjo en la sede de Bildu en San Sebastián, un detalle no menor que da muestras del poder de Otegi y su formación en la "dirección de Estado", parafraseando a Iglesias. Y ni los unos ni los otros se escondieron, sino que publicaron fotografías de la reunión. 

Arnaldo Otegi y, a su derecha, la líder de Podemos en el País Vasco, Pilar Garrido.

 

Las conversaciones, así pues, continúan. Aunque Sánchez y su vicepresidente segundo han acordado que sean los morados los que las encaucen al menos hasta que baje la marea dentro de las filas socialistas y en la opinión pública. Ello no quita para que, bajo cuerda, Adriana Lastra y Rafael Simancas sigan manteniendo una interlocución frecuente con los portavoces de la antigua Batasuna en el Congreso. 

El mismo Simancas, secretario general del grupo parlamentario socialista en la Cámara Baja, que este lunes dijo sentir "asco" por quienes cuestionan la moralidad de los socialistas. Lo que no aclaró es si siente lo mismo por los propios  

 

Podemos, consciente del desgaste que supone para el PSOE la presencia de Bildu en la ecuación, sigue defendiendo esa opción frente a la de Ciudadanos. Este lunes el diputado Rafael Mayoral sostuvo que las críticas internas en el PSOE vienen exclusivamente de quienes en el pasado querían gobernar con el PP. 

Mayoral se refería, en realidad, a los socialistas que después de dos victorias consecutivas de Mariano Rajoy apostaron por la abstención para dejarle gobernar.