El Supremo resiste a la presión de Sánchez y mantiene la inhabilitación de Torra

El Supremo no se doblega a la presión de Pedro Sánchez ni a la de la Fiscalía que, influida probablemente por el nombramiento de Dolores Delgado, se oponía a inhabilitar ya como diputado a Quim Torra. El Alto Tribunal, presidido por Manuel Marchena, ha consolidado la decisión de la Junta Electoral de retirar el acta de diputado a Torra, un requisito imprescindible para dirigir la Generalitat según el propio Estatuto de Cataluña.

Ahora, lo normal sería que Torra dejara ya la presidencia, pero ahí es donde puede sobrevivir la estrategia de Sánchez para no molestar al soberanismo. Aunque el Estatuto es muy claro al respecto de la incompatibilidad de ser presidente sin ser a la vez diputado, las presiones políticas permiten, de momento, interpretar esa evidencia según quiera la mesa del Parlament, lo que auxilia a Torra por tiempo indeterminado, pero difícilmente le salvará cuando la sentencia sea firme.

Y es que, el asunto ha suscitado un intenso debate entre los cinco magistrados a los que correspondía estudiar la medida cautelar, quienes finalmente señalan en su resolución que no ven asumible la pretensión de Torra, que pidió suspender la decisión de la JEC por considerar que este órgano electoral, de carácter administrativo, carece de competencia para inhabilitarle.

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 Una tesis apoyada desde la Fiscalía que un escrito presentado el pasado viernes, acogía sin pudor el argumento de la defensa al entender que , "en orden a la prudente y equilibrada preservación" de los intereses en conflicto, la petición de Torra hasta que la Sala de lo contencioso-administrativo del TS resuelva si la decisión de la JEC es conforme o no a derecho debería aceptarse.

De hecho, aún queda pendiente esta cuestión de fondo, que trata sobre la nulidad del acuerdo de la Junta Electoral solicitada por el presidente de la Generalitat. A lo que hay que añadir que este pronunciamiento afecta exclusivamente a su condición de diputado, y no a la de presidente ya que fue la propia Junta Electoral la que dejó en manos del Parlament esa decisión. Un argumento al que Torra se agarra como a un clavo ardiendo.

Sin embargo, tras esta nueva ratificación de la inhabilitación que llega a pesar de las presiones de Sánchez queda por una cuestión en el aire y es en qué términos se producirá el encuentro entre el presidente de Gobierno y el ya, de nuevo, inhabilitado Torra. Una cita que el propio Sánchez apuntó que se celebraría en la primera semana de febrero.