| 27 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Pedro Sánchez
Pedro Sánchez

Sánchez endosa al PSOE su descrédito aunque Moncloa asume que el problema es él

Presidencia hace coincidir la gran purga en Ferraz y en el Congreso con una sobreexposición del líder a pie de calle. Pero vuelve a comprobar que su falta de apoyo ciudadano crece día a día.

| Javier Ruiz de Vergara España

Pedro Sánchez ha decidido por segunda vez en su corta trayectoria en el Gobierno “hacerse un lampedusa”. Cambiarlo todo para que nada cambie.

Una pequeña revolución que señala a una amortizada Adriana Lastra y a un desconocido Héctor Gómez como los grandes causantes de los problemas del presidente y del PSOE. Pero nada más lejos de la realidad. Llegan María Jesús Montero, Patxi López y Pilar Alegría aunque la nueva estrategia de Moncloa demuestra que el reto radica mucho más cerca de Palacio.

 

Entre el Debate de la Nación y la gran purga interna del PSOE de este próximo sábado, Moncloa ha decidido dar un vuelco a su estrategia, desencastillar a Pedro Sánchez, ponerle a pisar la calle y tratar de revertir el rechazo ciudadano que provoca el presidente.

Está por ver el éxito de esta nueva operación de marketing aunque por lo visto en estas últimas horas no parece que el jefe del Ejecutivo despierte pasiones allí donde se deja ver ahora.

 

Ni en un escenario tan drámatico como los rescoldos de un incendio se resiste Sánchez a "lucir palmito".

 

Y es que los asesores monclovitas no han logrado evitar que Sánchez se despoje de su tradicional envaramiento, su afición por los posados antinaturales, esa ya conocida falta de empatía y su afición a bajar al barro exhibiendo los medios públicos del estado. Como visitar un dramático incendio forestal desplengado un helicóptero Súperpuma y decenas de audis oficiales. Provocando el consiguiente abucheo de los visitados.

Moncloa ha hecho coincidir el "barrido" en Ferraz y el Congreso con una sobreexposición de Sánchez. ¿El resultado?: más de lo mismo.

Esta semana, rompiendo su costumbre de blindarse en Moncloa o coger el Falcon para su agenda internacional, Sánchez se ha dejado ver en los dramáticos incendios de Extremadura, Zamora y Galicia. Y se ha abonado a la fiebre inaugural del 'no AVE' extremeño, de un tramo de autopista en Valencia y la nueva conexión ferroviaria Madrid-Burgos.

 

Sánchez, junto al Rey Felipe y Fernández Vara, asumiendo el protagonismo de la inauguración del "no AVE" extremeño.

 

Pero el intento de los estrategas del Ala Oeste monclovita ha chocado de nuevo con la reacción ciudadana contra el presidente: donde no ha habido silbidos y protestas, ha reinado la indiferencia. Y para más inquietud en los círculos presidenciales, está reacción ha contrastado una vez más con los aplausos, las muestras de cariño y los ¡Viva el Rey!  con los que ha sido recibido Felipe VI en los actos paralelos y en los que ha realizado conjuntamente con Sánchez.

 

Como ya pudo comprobar durante la reciente campaña electoral andaluza, Sánchez ya no despierta entusiasmo ni siquiera entre los suyos. Menos aún entre el común de los españoles.

Este sábado va a poner patas arriba el PSOE para tratar de revertir el desplome en las encuestas. Aunque en esta semana de sobrexposición Sánchez ha podido certificar que, en realidad, el problema es él.