| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Mertxe Aizpurua (Bildu) cruza frente a Pedro Sánchez y Carmen Calvo (PSOE)
Mertxe Aizpurua (Bildu) cruza frente a Pedro Sánchez y Carmen Calvo (PSOE)

Sánchez no cede: ni la cabeza de Margarita Robles, ni la de la directora del CNI

El presidente del Gobierno está acorralado por las exigencias de sus socios independentistas, que exigen dimisiones y “secretos de Estado” para mantenerlo en Moncloa

| Esther Jaén España

Esther_Jaen

El gobierno de Pedro Sánchez se la juega de nuevo esta semana que arranca. No hay votaciones ajustadas a la vista, puesto que no es semana de Pleno, pero sí siguen vivos y encendidos los ánimos a cuenta del “catalangate”, o el espionaje -a través del sistema Pegasus- de 60 personas del mundo del independentismo catalán. El Ejecutivo salvó su decreto de medidas económicas contra los efectos de la crisis provocada por la guerra de Ucrania haciendo malabares el pasado jueves, pero no puede – y Sánchez es muy consciente de ello- permitirse seguir “viviendo peligrosamente” en el Parlamento todos los días. A Sánchez le urge recomponer relaciones con ERC, pero no ofrecerá la cabeza de su ministra de Defensa, Margarita Robles, como le exigen desde el independentismo. 

Hay quien en el entorno monclovita da vueltas a la posibilidad de ofrecer la cabeza de la directora del CNI, Paz Esteban López, pero ahí es Margarita Robles quien se opone frontalmente. En primer lugar, porque considera que no hay actuación reprochable por parte del CNI, ni ilegalidad que pueda atribuírsele y, porque después de sostener que el CNI ha actuado en todo momento bajo el paraguas de la Ley, descubrir que no se ha enterado, que eso no es así y que los espías siguen actuando “por libre”, como ocurriera hace algunas décadas, cuando llegó a espiarse, incluso al Rey Juan Carlos, le supone un motivo de peso para admitir su responsabilidad “in vigilando”. 

Quienes conocen mínimamente a la titular de Defensa, pueden dar fe de que ella no es precisamente una persona que se desentienda de cualquiera de las cuestiones que están bajo su mando y que no va a permitir que nadie pueda empañar su imagen tanto como se empañó la del entonces ministro de Defensa, Julián García Vargas, que prácticamente se enteró del espionaje al Rey por la prensa y que poco o nada tuvo que ver en ello, salvo su responsabilidad “in vigilando”, por la que no tuvo más remedio que dimitir. 

Con este panorama, no parece realista pensar que la reunión de la Comisión de Secretos Oficiales, recién constituida, con la polémica incorporación de Bildu (para aquellos que se escandalicen por la presencia del independentismo catalán, hay que recordarles que ERC ya formaba parte anteriormente, hasta el 2019, cuando se disolvieron las Cortes Generales) vaya a ser el antídoto para ese veneno que se ha inoculado (quizás desde el propio independentismo -como sugieren algunos dirigentes del PSOE sotto voce- o tal vez no) en la relación PSOE-ERC.

"No parece realista pensar que la reunión de la Comisión de Secretos Oficiales, recién constituida, con la polémica incorporación de Bildu vaya a ser el antídoto para ese veneno que se ha inoculado en la relación PSOE-ERC".

Sin embargo, Pedro Sánchez está absolutamente convencido de que tiene que seguir adelante y concluir esta legislatura, que le convertirá en presidente de turno de la UE justo en el último semestre de 2023, justo antes de la celebración de las elecciones generales. Y con la Constitución de la Comisión de Secretos Oficiales, a través de esas prácticas tan poco elegantes, que pueden llegar a costarle una reprobación a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, si el PP pone el toro en suerte y se conjuran varios elementos y cabreos cruzados de socios y rivales, Pedro Sánchez gana tiempo y sigue avanzando en la legislatura. De momento, en el Gobierno no hay plan B, Sánchez no deja caer a Margarita Robles y ésta, por ahora, no quiere hacer lo propio con la directora del CNI. 

El presidente quiere seguir empujando el balón hacia adelante y ver si, con el paso de los días, hay alguna otra circunstancia que distraiga la atención y la furia de sus socios independentistas y coloque en un segundo plano sus exigencias. Eso mismo ya ocurrió con las exigencias de reunir a la mesa política en Cataluña y la urgencia de poner sobre la mesa el “derecho de autodeterminación”. 

¿Se acuerdan de que entonces el independentismo amenazaba también con la retirada de su apoyo a Sánchez? Ellos parecen haberlo olvidado… Sánchez que es maestro en llegar al límite en este tipo de circunstancias, confía en que no llegue la sangre al río, ya sea porque sus socios están de nuevo gritando “¡Qué viene el lobo!” y siempre puede venir alguna otra circunstancia o crisis que lleve a todo el panorama político a mirar hacia otro foco informativo, como ha pasado con las diferentes variantes de la pandemia, el volcán de La Palma, la guerra en Ucrania o vaya usted a saber. 

Cada día tiene su afán y lo que tiene claro Sánchez es que hay seguir adelante con la Legislatura, como sea. Y en eso está. No tiene previsto ofrecer la cabeza de Margarita Robles y, aunque prefiere fomentar la paz dentro del grupo de socios que se ha buscado, no se acaba de creer que los independentistas quieran romper la Legislatura.