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El PSOE cae en su propia trampa al intentar defender a los enchufados de Sánchez
El PP y Ciudadanos llevaron este lunes a debate en el Congreso los nombramientos de decenas de altos cargos cuyo único mérito -o al menos el principal- es tener carné del PSOE.
El PP lo ha venido en llamar "capitalismo de amiguetes". A la Diputación Permanente del Congreso llegó este lunes la polémica suscitada por los en torno a 500 socialistas -según las estimaciones de los populares- que Pedro Sánchez ha colocado en tres meses.
Algunos en puestos tan bien remunerados como Vicente Fernández Guerrero como presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI); Juan Manuel Serrano (quien fuera jefe de Gabinete de Sánchez) en Correos; José Vicente Berlanga en la ENUSA; Juan Andrés Tobar en CETARSA; María Luisa Faneca en SAECA; y Óscar López en Paradores.
El PP y Ciudadanos acorralaron a la diputada socialista Patricia Blanquer, cuyo único argumento fue que dejen trabajar a los nombrados antes de criticar nada. Ése y que propongan asuntos que "mejoren el día a día" de los ciudadanos y no que "distraigan". Lo dicen los mismos que van a exhumar el cadáver de Franco por decreto ley.
El diputado del PP Carlos Floriano recordó al PSOE que cuando Sánchez estaba en la oposición exigía el fin de la "partitocracia", y ahora por contra es el autor de "un número de colocados sin precedentes". De hecho a más del 40% de la Ejecutiva socialista le ha tocado un cargo en el reparto.
Por su parte el portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, acusó al "Gobierno interino" de proceder "a un asalto sin precedentes" a instituciones y empresas públicas por parte de un partido político. "El Estado es un instrumento para proteger derechos y garantizar servicios, no un botín a repartir", sostuvo.
Claro que para esa hora el aludido, el presidente del Gobierno, se encontraba volando a Chile para una gira que le llevará también a Colombia, Bolivia y Costa Rica.
