| 25 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Irene Montero: de la nefasta ley del 'solo sí es sí' a más violencia machista

Hugo Pereira analiza la ineficaz gestión de Irene Montero: la violencia de género está en aumento y con la ley del 'solo sí es sí' ya más de un centenar de agresores se han beneficiado

| ESDiario España

En una empresa privada cuando un trabajador no cumple con sus objetivos marcados es, al menos, advertido por su superior. Y si, además, su ineficacia es reiterada acaba -lógicamente- siendo despedido. Si uno no es productivo en su trabajo, seguramente esté enfocando mal su presente laboral y deba, por tanto, buscar otro tipo de trabajo. Esto debiera ser lo lógico y lo que ocurre en la vida real. A excepción de en la empresa pública llamada Gobierno de España que, para más dolor, recuerdo al lector que la sufragamos entre todos los españoles vía impuestos.

 

Es una obviedad, discúlpenme, decir que tenemos un Ejecutivo que lejos de velar por el bienestar político, social y económico del conjunto de España y, por extensión, de los españoles, vela día tras día -y además esto sí con ahínco- por su propio bienestar y supervivencia en el poder. Es para lo único que mueven un dedo: para salvaguardar su estabilidad en el gobierno y seguir durmiendo, un día más, en los confortables colchones del palacio de La Moncloa o allí donde sus ministrísimos reposen con todos los privilegios que conlleva estar en la élite política del país. Porque ya no es que sean ‘casta política’ es que únicamente aplican estrategia -marketing- para seguir perteneciendo a tal casta. A los de Unidas Podemos (o pudieron, mejor dicho) les ha gustado tanto lo de ser casta que ahora no quieren volver a ser ‘plebe’ pero es que ni en broma. Normal. No me extraña, la verdad.

Que Irene Montero debe dimitir o que, en su defecto, Pedro Sánchez debe cesarla es algo que cae de cajón. El problema es que no tenemos un Gobierno en España, sino una sucursal de pago de intereses a comunistas, nacionalistas-separatistas y pro-etarras de Bildu, entre otros afines. Su cese, como decíamos, por su palpable ineficacia e ineficiencia, es lo que ocurriría en cualquier empresa privada, debería estar en la calle.

Pero hablemos de datos.

Desde que Irene Montero es titular del Ministerio de Igualdad los casos de violencia machista han ido en aumento: este año 2022 será el que cierre con una mayor cantidad, por desgracia, de mujeres asesinadas por hombres. Y no se hace política con esto. Lo que se está es poniendo de manifiesto una problemática que debiera de atajar -este era su principal cometido- un Ministerio, el de Igualdad, que lejos de conseguirlo está más preocupado por cuestiones puramente ideológicas y de marketing político que no por los intereses de las mujeres que tanto dicen defender. Los del gobierno no son feministas, no se engañen, son electoralistas.

Y cuando algo se está gestionando o ejecutando incorrectamente, la solución no es aumentar más la dotación presupuestaria para seguir haciendo más mal de lo mismo. No, evidentemente. La solución no es aumentar un 9% en el 2023 el presupuesto de un ministerio ineficaz e ineficiente que ya ha visto aumentada, más que muchos otros ministerios, por cierto, sus millones en los últimos años. No. Habrá, empero, que ver lo que se está haciendo mal, en qué se están gastando los millones y tratar de revertir una deriva que está afectando al bienestar de los españoles y muy especialmente al de las mujeres.

 Y todo esto llega tras la aprobación de la Ley del ‘Solo sí es sí’ que lo único que ha conseguido, ya saben, es que más de un centenar de agresores sexuales hayan visto sus penas rebajadas o, en casos extremos, salido de prisión. Ojalá la misma urgencia que los del ‘Gobierno sanchista’ han aplicado para derogar el delito de sedición, rebajar las penas del delito de malversación y tratar de asaltar el Tribunal Constitucional y el CGPJ, la hubieran aplicado para derogar parcialmente o ‘modificar técnicamente’, como describe el Ejecutivo, una ley que no hace más que desproteger a las mujeres.