El nuevo jefe de la Iglesia explica el gran secreto de su "amistad" con Sánchez

El nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, se postulaba como preferido del Papa Francisco a la hora de dirigir la Iglesia española, pero hay quien asegura que también era el candidato preferido por el Gobierno, principalmente por su postura respecto a Cataluña.

Sin embargo, el Cardenal Omella, en una entrevista en Cope, ha querido desvincularse de estos comentarios bromeado porque "todos ponemos sambenitos y hacemos interpretaciones". "Creo que tenemos que ser sencillos, alegres, pero tampoco dejarnos influenciar demasiado por los comentarios", ha manifestado.

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 Aún así, el Arzobispo de Barcelona no ha escurrido la pregunta y se ha referido a la situación en Cataluña, insistiendo en la necesidad de "crear puentes" porque la "misión que tiene todo cristiano y todo ciudadano es buscar no la confrontación, sino la comunión".

De hecho, de sobra es conocida su postura al respecto ya que en 2017 en plena crisis del procés, Omella intentó interceder sin éxito entre el entonces presidente Mariano Rajoy y Carles Puigdemont, incluso en una entrevista desveló que prestó "su persona para colaborar, ejerciendo de puente de unión y no de confrontación".

Y es que, Omella quiere mantener una distancia prudente entre la religión y la política sin llegar a la "beligerancia. Eso de yo me hago contra la Iglesia o la Iglesia contra el Estado a mí no me gusta. No tenemos que ir contra, sino tender las manos para caminar juntos", ha defendido.

Frente al Gobierno respecto a la eutanasia

Sin embargo, sí que ha mostrado sus discrepancias con el Gobierno en asuntos como la educación y, por supuesto, en la eutanasia. De hecho, respecto a esto último ha asegurado que "es un tema muy serio que desafía no solo a la Iglesia, sino a toda la sociedad", señalando, además que "los médicos los que "están para ayudar a vivir y no para morir".

Por su parte, respecto a la nueva reforma educativa del Gobierno, Omella ha remarcado que "la educación corresponde a los padres porque es la célula básica de la sociedad", de modo que al Estado le corresponde, subsidiariamente, intervenir cuando no hay iniciativa privada.