| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez, este miércoles en la sesión de control.
Pedro Sánchez, este miércoles en la sesión de control.

El "día después" de la bronca PSOE-Podemos: entre corrillos y cuchillos largos

La pregunta es ¿saldrá Podemos del Gobierno después de que se haya “desnaturalizado”, “mutilado” o “mancillado” su Ley? ¿O aguantará carros y carretas?

| Esther Jaén España

El día después de la madre de todas las batallas en el seno de la coalición de Gobierno se desarrolló entre tensiones y desahogos de unos y otros. Al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le sacaron los colores desde el PP, los mismos que 24 horas antes votaban con el PSOE, para reformar la Ley de solo sí es sí, cuyas consecuencias no deseadas están pasando una enorme factura a los socialistas, aunque, según los datos “en crudo” que ofrece el último sondeo del CIS, no parecen pasar tanta factura a Podemos, que aparece como el partido que los entrevistados consideran que “más defiende a las mujeres”, independientemente de su retroceso electoral, que a juzgar por estas respuestas no debería atribuirse a la ley de “solo sí es sí”.

La pregunta es ¿saldrá Podemos del Gobierno después de que se haya “desnaturalizado”, “mutilado” o “mancillado” su Ley? ¿O aguantará carros y carretas, pero desde el gran foco mediático que les brinda su mera presencia en el Ejecutivo?

Sánchez, por su parte, no se arruga y sigue defendiendo el papel jugado por su partido y su Ejecutivo en defensa de las mujeres, sin olvidarse de soltar un mandoble al ausente Alberto Núñez Feijóo, por compartir barco de recreo con un narcotraficante, aludiendo a unas viejas fotografías que en su día hizo públicas el propio Feijóo, siendo presidente de Galicia. Tito Berni, para Sánchez es un polizón en el buque socialista, que fue arrojado al mar. Y punto.

Pero las verdaderas rivalidades se desataban en los pasillos del Congreso y en los corrillos. Varios portavoces tanto de PSOE como de UP, en estado puro, subían la apuesta de la descalificación hecha horas antes a sus socios, pero ninguno de los que hacían aspavientos a la hora de rechazar la política de sus socios en materia de igualdad y de feminismo querían oír hablar de ruptura del Gobierno.

 

Sánchez llegando este miércoles al Hemiciclo en el día después de la batalla en su Gobierno.

 


Fuera del foco intentaba estar la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, quien, eso sí, ofreció una imagen significativa al inicio del Pleno al llegar del brazo de Irene Montero. Una de cal y otra de arena, porque la foto ofrecida el día anterior fue la de su escaño vacío mientras la ministra de Igualdad acompañada únicamente por la ministra Ione Belarra aguantaba el chaparrón y sacudía la cabeza mientras sus socios aplicaban el “parche” que se empieza a fabricar para taponar la Ley de solo sí es sí.

La pregunta es ¿saldrá Podemos del Gobierno después de que se haya “desnaturalizado”, “mutilado” o “mancillado” su Ley? ¿O aguantará carros y carretas, pero desde el gran foco mediático que les brinda su mera presencia en el Ejecutivo?

 

En el PSOE tienen claro que, en este momento procesal, Sánchez no está por la labor de echar a Podemos del Gobierno y brindarles el relato de que les echan por defender las esencias de la izquierda real, del feminismo moderno, etc.

Sin embargo, en Unidas Podemos, como los pimientos del padrón, unos pocos dirigentes piensan que ha llegado el momento de salir del Ejecutivo para reforzar perfil y credibilidad de cara a las elecciones, pero Pablo Iglesias y sus afines, non

Entre desahogos y rabietas, los diputados del PSOE -igual que los de Podemos-, dan por hecho que, de aquí al final de legislatura, no hay nada que acordar: que la reforma de la Ley Mordaza dormirá el sueño de los justos, como muy probablemente pasará con la Ley de Vivienda

Conscientes de que atraviesan la mayor crisis que ha vivido la coalición, incluso de que sus seguidores en las redes sociales les exigen “venganza”, la directriz, por ahora, es seguir en el Gobierno, eso sí, haciendo cortes de manga y “cuchufletas” continuas a un Sánchez que ya no celebra con Irene Montero el 8-M, que da instrucciones a sus ministras para que vayan a la manifestación “juntas, pero no revueltas” con las ministras de Podemos.

 

A fin de cuentas, siempre es mejor que algún “exaltado podemita” les suelte algún improperio en la “manifestación A”, que no pasarse por la “manifestación B”, donde se pedía la dimisión de Montero y de Sánchez al unísono, tal como ellos sacaron adelante la Ley de “solo sí es sí”. Mientras, la vicepresidenta Yolanda Díaz brillaba por su ausencia en las calles teñidas de morado, porque -casualidades de la vida- le coincide con el cumpleaños de su hija.

 

El presidente ha hecho gestos al feminismo tras la bronca en su Gobierno este martes.

 

Entre desahogos y rabietas, los diputados del PSOE -igual que los de Podemos-, dan por hecho que, de aquí al final de legislatura, no hay nada que acordar: que la reforma de la Ley Mordaza dormirá el sueño de los justos, como muy probablemente pasará con la Ley de Vivienda, y que lo único que les va a poner de acuerdo ahora que les sobrevienen los idus de marzo es el voto en contra a la moción de censura de Vox, que protagonizará el profesor Ramón Tamames, con la intención de desalojarles del poder.

Va a ser la única coincidencia plena de unos socios oficial y abiertamente mal avenidos, pero empeñados en seguir cohabitando.