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Casado busca la cuadratura del círculo con Cs y Vox y no se lo van a poner fácil
Los populares se ponen manos a la obra para atar los gobiernos regionales y ayuntamientos donde pueden gobernar, mirando con desconfianza a Rivera y sin cerrarse a dar entrada a Vox.
"Comenzamos la refundación del centro derecha. Tenemos un plazo de cuatro años para apuntalar la recuperación".
Pablo Casado dio este lunes por terminado el ciclo político del "declive" del PP -así lo llamó- que empezó en 2011 y proclamó que empieza un tiempo nuevo en Génova 13.
El líder de los populares compareció después de reunir a su Comité Ejecutivo Nacional, en un encuentro muy distinto al que hace un mes siguió a las elecciones generales.
Casado se felicitó por haber puesto a Albert Rivera en su sitio electoral -tercero, con casi la mitad de votos que el PP- y negó que el resultado de este 26-M tenga que ver con un giro al centro, como así lo sostuvieron Alberto Núñez Feijóo y Juan Manuel Moreno. "No ha habido tal giro", afirmó.
A partir de ahora los esfuerzos del PP se centrarán en atar los gobiernos regionales y ayuntamientos en los que pueden gobernar. Son, en concreto, la Comunidad de Madrid, Castilla y León, Murcia, Aragón, Navarra y 23 alcaldías.
Para ello Casado ha designado una comisión negociadora compuesta por los números dos y tres del partido, Teodoro García Egea y Javier Maroto, y la líder del PP de Navarra, Ana Beltrán. Además, los candidatos tendrán mando en plaza en las negociaciones, según prometió.
El presidente de los populares avisó de que sus candidatos a la investidura no se negocian, y aludió especialmente al castellano y leonés Alfonso Fernández Mañueco y al murciano Fernando López Miras.
Y no cerró la puerta a que Vox entre en algún gobierno regional, como ha pedido Rocío Monasterio en Madrid. Aunque el escenario ideal para el PP sería sellar pactos a la andaluza: gobiernos con Cs y el apoyo de Santiago Abascal desde fuera.
