| 19 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Pedro Sánchez
Pedro Sánchez

Los indicadores del Gobierno que Sánchez busca ocultar a toda costa

La temida estanflación, alta inflación con estancamiento económico, acecha a España, que con Sánchez en el Gobierno no levanta cabeza en materia económica.

| Alejandro Alonso España

Sánchez y su Gobierno están metidos en múltiples lios de diversa índole, pero los que más preocupan a los españoles, los meramente económicos, son los que más trata de ocultar el Ejecutivo ante unos datos poco esperanzadores y que son realmente preocupantes, empezando por la deuda pública.

Tras años de créditos fáciles y estímulos monetarios, el endurecimiento de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) ha amenazado con poner fin a la barra libre de financiación soberana y devuelve la presión a los bonos y las anestesiadas primas de riesgo.

El encarecimiento de la financiación es un hecho, y es que el nivel de deuda española no es la mejor carta de presentación para los mercados en un momento de huida generalizada de la renta fija; y cuanto mayor es la dificultad para colocar los bonos, mayor rendimiento tendrá que pagar el Estado para atraer a los inversores.

 

Desde 2007 la deuda pública se ha multiplicado casi por 4, al pasar de las 384.662 millones de euros hasta los 1,42 billones de euros. En términos de deuda per cápita, cada español ha pasado de soportar 8.423 euros de deuda frente a los 30.465 del cuarto trimestre de 2021. El último dato que tenemos de este año, correspondiente al mes de febrero, la deuda pública asciende a los 1,442 billones de euros, cifra récord de siempre.

Además, el Fondo Monetario Internacional (FMI) descarta que España pueda reducir el endeudamiento al nivel pre COVID en el próximo lustro. El organismo estima que la deuda pública caerá al 116,4% respecto al PIB (productor interior bruto) en 2022, desde el 118,7% de 2021 y tras superar el 120% en 2020. La proyección se extiende hasta 2027. Y según calcula el FMI, hacia ese horizonte, seguirá por encima del 114%, muy lejos del 95,5% previo a la pandemia y del 88,9% del conjunto de la eurozona, pese a la recuperación económica.

 Todo ello puede llevar a un frenazo del crecimiento económico y la llegada de esa crisis que muchos analistas ya están avanzando: la estanflación. Es decir, alta inflación con estancamiento económico. Quizá la peor combinación en materia económica que puede sufrir un país.

 

Índice de Producción Industrial en negativo

Otro de los indicadores que no quiere mirar el Ejecutivo es el Índice de Producción industrial, que mide la evolución de la actividad productiva en las ramas industriales (excluida la construcción) excluyendo la influencia de la evolución de precios, vemos que se encuentra en negativo. La variación mensual del IPI es del -1,8% si se eliminan los efectos estacionales y de calendario. Una tasa 2,7 puntos inferior a la observa da en febrero.

Además, la evolución de los Precios Industriales se ha disparado como nunca. La subida de precios que están sufriendo aquellos encargados de elaborar los bienes y servicios ya roza el 50%, unas cifras descontroladas que no aumentaron tanto desde la crisis del petróleo en los años 70.

El empleo no avanza

Hace pocas semanas se dio a conocer el dato de la Encuesta de Población Activa que reflejaba una destrucción de más de 100.000 puestos de trabajo en el primer trimestre del año. Dentro de esa reducción de empleo, los trabajadores por cuenta propia soportan más de la mitad del descenso, con 55.700 ocupados menos, que refleja el enorme castigo que soportan los autónomos.

Los datos muestran un deterioro importante del mercado laboral, por mucho que el Ejecutivo se empeñe en decir lo contrario, lo reflejan que los dos sectores más castigados por la destrucción de empleo en el primer trimestre del año son los principales de nuestra economía: el sector servicios con 50.100 ocupados menos, y el sector industrial, con 68.000 ocupados menos.

Además, por otro lado no hay que olvidar los terribles datos de tasa de desempleo en los más jóvenes, que no consiguen engancharse al mercado laboral.

La temida inflación

Comparando los precios registrados en marzo respecto a los de febrero, España fue el país de la UE con la mayor subida de precios en un sólo mes, del 3,9%, según Eurostat. Y es que con el incremento de precios del mes pasado, el más elevado en términos interanuales que se producía en España desde 1985, nuestro país se sitúa como el octavo de entre los que tienen un mayor problema de inflación en la UE.

Sólo se sitúan por delante en subidas de precios Lituania (con una inflación del 15,6% en marzo), Estonia (14,8%), República Checa (11,9%), Países Bajos (11,7%), Letonia (11,5%), Bulgaria (10,5%) y Polonia (10,2%).