Belarra y Montero plantan a Díaz y contraprograman su gran día con un anuncio

Todos los ojos estaban puestos en el Congreso en el debate de aprobación de la reforma laboral -que el Gobierno ha salvado in extremis gracias al voto de UPN- y en la persona de Yolanda Díaz, que hoy afrontaba uno de sus días grandes como ministra de Trabajo. Pero otras dos ministras de Unidas Podemos, Ione Belarra -a la sazón secretaria general del partido- e Irene Montero, no estaban dispuesta a que su compañera acaparara hoy todos los titulares.

Tanto Belarra como Montero han optado, en lugar de acudir al Congreso a seguir el debate de la reforma laboral y apoyar a Díaz, por contraprogramarlo con un acto conjunto sobre la Ley de Diversidad Familiar -el proyecto estrella del ministerio de Asuntos Sociales de Belarra- y en el que Belarra ha lanzado un anuncio estrella: un permiso de al menos 7 días al año por persona que esté remunerado al 100% para cuidar a familiares.

No ha pasado desapercibido que justo hoy Belarra lance su anuncio cuando su Ley de Familias lleva barruntándose un año. Hoy, día del sí a la reforma laboral, un tanto para Yolanda Díaz, las otras mujeres ministeriales de Podemos del Gobierno de Pedro Sánchez no querían quedarse sin su hueco en los telediarios.

Podemos advierte

Pese a la aprobación de la reforma laboral por los pelos, desde Podemos han lanzado también el por haber sido incapaces de aglutinar a los partidos de la coalición Frankentein -los que apoyaron la investidura de Pedro Sánchez- y haber tenido que apoyarse en el voto de Ciudadanos y UPN por el no de ERC o Bildu.

Rufián, 'linchado' por los suyos tras lo que ha dicho de la reforma laboral

Fuentes de Podemos admiten que el bloque de investidura atraviesa un bache a causa de la reforma laboral, pero confían en reconducir las relaciones, que han quedado tocadas, en próximas fechas, para dar salida a la agenda legislativa con los socios preferentes.

Públicamente se ha defendido el trabajo de Yolanda Díaz, pero los podemitas reconocen su decepción con la postura de sus aliados habituales, que han confirmado su voto en contra a un proyecto que es un hito de legislatura pese a que su apuesta se centró en esos apoyos, frente a la geometría variable.

Especialmente ha dolido la posición de ERC, pues no se entiende su negativa cuando una parte relevante de sus bases proceden del sindicalismo que avaló el pacto del diálogo social.