| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Los fantasmas del felipismo de las viejas cloacas del Estado se le han reaparecido a Margarita Robles.
Los fantasmas del felipismo de las viejas cloacas del Estado se le han reaparecido a Margarita Robles.

Cunde el pánico en el PSOE: Villarejo hace correr la voz de que los aniquilará

A Sánchez se le reaparecen ahora los fantasmas del "viejo PSOE". Y el presidente descubre que las cloacas policiales que quiso endosar al PP tienen estrechos lazos con su propio partido.

| Miguel Blasco España

"El chapapote de Villarejo -la comparación es de un exalto cargo de Interior con décadas de servicio en el felipismo- puede hacer al Gobierno y al PSOE mucho más daño del que creen en La Moncloa".

Y las arremetidas de Pedro Sánchez y su entorno contra el excomisario adscrito durante cuatro décadas a la Comisaría General de Información, como verso libre eso sí, han desatado el terror entre los dirigentes socialistas que sí conocen las "históricas, delicadas y fructíferas" relaciones entre el partido y las llamadas "cloacas de Interior".

Tanto en el Centro Nacional de Inteligencia como en la sede que la Dirección General de la Policía tiene en la céntrica calle madrileña de Miguel Ángel, quien más y quien menos se ha puesto en las últimas horas a rebuscar en su memoria. Las fuentes consultadas por ESdiario coinciden: Villarejo está dispuesto a "soltar una seria andanada" en los próximas días contra el PSOE.

Y es que el excomisario no está dispuesto a olvidar su larga "hoja de servicios" durante los gobiernos del PSOE en la oscura y complicada lucha antiterrorista contra ETA. Y del descontrol en el manejo, durante al menos dos décadas, de los fondos reservados del Ministerio del Interior.

Una andanada mucho más dañina que los "cotilleos y desahogos" de los audios que han salpicado a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y al exjuez Baltasar Garzón. Se habla ahora de "palabras mayores". El primer aviso ha llegado en las últimas horas y amenaza con llevarse por delante la carrera política del secretario de Estado de Defensa, Ángel Olivares.

Cabe recordar que en las últimas horas también el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se ha abonado a la tesis del pánico que el PSOE tiene a lo que pueda contar Villarejo. Esta es la razón por la que, según el partido morado, Pedro Sánchez dio órdenes a su grupo parlamentario de vetar la comparecencia del comisario en el Congreso de los Diputados.

Olivares, número dos de Margarita Robles y exdirector general de la Policía entre 1994 y 1996 con Juan Alberto Belloch como ministro de Justicia e Interior y la propia Robles como viceministra de Interior, ha sido señalado por Villarejo como el alto cargo que le ordenó espiar a José María Aznar. Y del uso de dinero negro para manejos de las cloacas.

Según algunos antiguos mandos policiales consultados por este diario Villarejo "dispara" ahora contra Defensa, departamento desde el que el excomisario cree que se está conspirando contra él para dañar al exjuez Garzón y a la titular de Justicia.

Cabe recordar que ya en su día Villarejo atribuyó a Robles la autoría intelectual del llamado Informe Veritas, con el que las cloacas de Interior del felipismo trataron de destruir la imagen de Garzón, entonces azote de la guerra sucia contra ETA.

 

Este efusivo saludo de Rubalcaba a Grande-Marlaska durante la toma de posesión del juez como ministro del Interior de Pedro Sánchez suscitó notables recelos en la Policía.

 

De momento, pese al intento de Sánchez de mostrar a su Gobierno como víctima de un chantaje, lo cierto es que son altos cargos de su Ejecutivo los que van a tener que dar explicaciones. La ministra Delgado lo hará el próximo día 10 y sobre el número dos de Defensa ya hay sendas peticiones de comparecencia de PP y Ciudadanos.

 

Pero al margen del Ministerio de Defensa, el pánico se ha instalado también en las últimas horas en el de Interior, en el que desde la llegada de Grande-Maslaska muchos ven tras sus decisiones la larga mano de Alfredo Pérez Rubalcaba.

Entre ellas -y la propia cúpula de la Guardia Civil hizo llegar su indignación al propio ministro- la de dar trato de favor a la Policía frente al Instituto Armado en los puestos más estratégicos y sensibles del organigrama ministerial.

En boca de todos está el nombre del comisario José Luis Olivera, salpicado también ahora por el terremoto Villarejo. Según ha filtrado el entorno del policía encarcelado, éste recibió instrucciones para preparar con Olivera -entonces jefe de la UDEV-y el juez Garzón la operación que desató el caso Gürtel. Y todo con la sombra de Rubalcaba planeando sobre esta estrategia.

Estas complicidades entre Villarejo, el juez Garzón, otros comisarios oscuros y el PSOE, han vuelto a salir a la luz como salió la famosa cacería en la que -apenas seis horas después de las primeras detenciones de la Gürtel- coincidieron el entonces ministro de Justicia, Mariano Fernández-Bermejo; el juez Garzón instructor de la macrooperación; la fiscal y ahora ministra Dolores Delgado y el comisario general de Policía Judicial por aquel entonces, José Antonio González.

Unos fantasmas, que pese a la estrategia victimista de Sánchez, habitan en los armarios de su propio partido. Ignacio Cosidó, portavoz del PP en el Senado y perfecto conocedor de esos armarios como último director de la Policía del gobierno de Rajoy lo ha recordado así este lunes.