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Pedro Sánchez, en una visita a Argelia
Pedro Sánchez, en una visita a Argelia

El plantón de Argelia a Sánchez eclipsa su medida estrella de poner tope al gas

Las consecuencias de la "excepción ibérica" entran en un periodo de incertidumbre una vez que las relaciones comerciales con Argelia han saltado por los aires.

| Yolanda Lorenzo España

Sánchez quería una buena noticia. Quería vender la aprobación de la "excepción ibérica" por parte de la UE, que permitía poner tope al precio del gas, como uno de los grandes logros de su Gobierno, pero la ruptura de las relaciones con Argelia han terminado por eclipsarla, ya que es uno de los socios estratégicos de España en materia energética y uno de los principales proveedores de gas.

Y es que, desde que España decidió modificar su postura respecto al Sáhara, considerando como medida más "realista" el plan de autonomía planteado por Marruecos en 2007, las relaciones con Argelia han ido de mal en peor hasta que este miércoles Sánchez subió a la tribuna del Congreso de los Diputados y todo saltó por los aires. 

Allí no dio ninguna explicación más allá de las previas y ratificó su acuerdo con Rabat, lo que tuvo consecuencias inminentes: la ruptura del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España y la posterior cancelación de la relaciones comerciales.

El Gobierno argelino ha reprochado la "violación de las obligaciones jurídica, moral y política de España que sigue siendo potencia administradora del Sáhara Occidental" y ha criticado el respaldo del Ejecutivo de Sánchez a una "fórmula ilegal e ilegítima" como es la autonomía planteada desde Marruecos, que supone una política colonial de "hechos consumados" mediante "argumentos falaces", según el comunicado.

Pero además esta ruptura no se ha quedado únicamente en un comunicado, sino que tendrá consecuencias reales para nuestra economía, pues ha ido acompañada de una cancelación de las relaciones comerciales, donde Argelia era hasta ahora uno de los socios estratégicos de España.

Más de 3.000 millones, en juego

La Asociación Profesional de Bancos y Entidades Financieras (Abef) ha anunciado este miércoles a última hora de la noche la congelación de las domiciliaciones bancarias para operaciones de comercio exterior de productos desde y hacia España a partir de este jueves 9 de junio, según informa 'Tout sur l'algerie'.

La circular no establece ningún tipo de excepción para el tema de las transacciones y, por tanto, abre el radio de afectación a todo tipo de sectores, incluido el de la energía, donde Argelia es un socio prioritario, pues es uno de los suministradores de gas de España.

De hecho, la ruptura se produce en medio de las negociaciones para la compraventa de gas, ya que Argelia, a la vista del giro de Sánchez, apostó por acerarse mucho más a Italia dejando de lado a España, aunque desde el gobierno argelino siempre se ha asegurado que las fricciones entre países no tendrían efectos en el suministro.

Lo que si se ven comprometidos son los más de 3.000 millones de euros anuales que Argelia invierte en España y que ahora quedan en el limbo, aunque el Gobierno, en boca del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha asegurado que "pondrá todos los medios diplomáticos disponibles para reconstruir la relación".

Las empresas que allí operan están preocupadas por la consecuencias que puede conllevar la ruptura comercial entre España y Argelia, pese a que era algo que ya habían avisado

En una entrevista en Espejo Público, en Antena 3, Bolaños ha asegurado que esta ruptura "no afecta a los grandes contratos de gas", ya que el presidente argelino, Abdelmayid Tebune, "siempre lo ha dicho así" y "es un socio fiable", ha añadido, pero se abre un gran periodo de incertidumbre, no solo por la posible falta de suministros a largo plazo si la relación sigue enquistándose, sino también por la escalada de precios que esto puede suponer.

De hecho, fuentes consultadas por ESdiario, aseguran que la tensión es importante, no solo entre los diplomáticos, sino también entre las empresas que allí operan, sobre todo porque esta ruptura es algo de lo que se venía avisando y Sánchez ha preferido mirar hacia otro lado. 

Pero mientras tanto, el Gobierno trata de minimizar la tensión provocada por la decisión unilateral de Sánchez y dedica todos sus esfuerzos a vender a bombo y platillo la llamada "excepción ibérica", que, según la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, contribuirá a reducir la inflación en España "alrededor de ocho décimas ó un punto" en los próximos meses.

 

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Ribera, en declaraciones a Onda Cero, ha señalado, no obstante, que habrá que ver cómo se comportan el resto de las materias primas energéticas, no sólo el gas o el petróleo, por lo que esta cifra no es más que una estimación pues el Gobierno es incapaz de hacer una previsión al respecto. 

"Seguimos con una gran preocupación la evolución del precio del gas y del petróleo para el consumo de combustibles y es cierto que la gran alerta que estamos viviendo en este momento es cómo los precios de las materias primas energéticas están determinando una distorsión muy grande en el conjunto de la economía", ha afirmado, consciente de que la situación de incertidumbre es enorme y no saben si finalmente tendrá las consecuencias que han estado vendiendo desde hace meses.