| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Sánchez, este miércoles con el primer ministro portugués, Antonio Costa.
Sánchez, este miércoles con el primer ministro portugués, Antonio Costa.

Sánchez y sus socios ponen sordina a sus broncas y presentarán un frente unido

En plena resaca del encontronazo por la reforma de la Ley de solo sí es sí, PSOE e Unidas Podemos, han llegado a la conclusión de que van a coexistir hasta el final de la legislatura.

| Esther Jaén España

En los pasillos del Congreso de los Diputados queda claro que la relación de Pedro Sánchez con sus socios de coalición goza de una mala salud de hierro, igual que le ocurre con sus socios parlamentarios de PNV, ERC y Bildu. Hablando con sus señorías de una y otra formación queda claro que “de mi socio no me fío un pelo, pero es lo mejor que me puede pasar”, como dice un miembro de Podemos, o “si queremos seguir gobernando en el futuro, no vamos a tirarnos los trastos a la cabeza de nuevo, porque el electorado no lo entendería… y con razón”

 

En plena resaca del encontronazo por la reforma de la Ley de solo sí es sí, PSOE e Unidas Podemos, han llegado a la conclusión de que van a coexistir hasta el final de la legislatura y que les conviene marcar perfiles ideológicos distintos, de cara a las elecciones, pero sin exagerar.

A la primera ocasión que se les puso por delante, con la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida también como la “Ley Mordaza”, optaron por asumir que se tragaban una de sus promesas electorales, pero que mejor lo hacían al alimón, con los votos del PNV y frente a las exigencias de ERC y Bildu, que tumbaron la reforma.

Cada grupo sigue perfilando la estrategia final e incluso el orador u oradores que saldrán a defender sus respectivas posiciones, pero queda claro no solo el sentido de su voto -contrario, claro- a esa iniciativa, sino que el mensaje tendrá un punto en común.

El caso es que, después de la tormenta, en esta coalición de conflictos e intereses, siempre llega la calma. Llegó también desde la orilla de ERC y Bildu, que se deja tutelar por los independentistas catalanes, cuando se trata de decidir el sentido de su voto. Si el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, cargó las tintas contra la coalición de Gobierno a cuenta de la “Ley Mordaza”, ayer mismo ya hablaba de trabajar para el acuerdo.

 

 

Un acuerdo que probablemente no llegue, pero que permite presentar a su parroquia una imagen de que se legisla y se influye de forma decisiva. Además, su “capote” al PSOE para mutar la Comisión de Investigación parlamentaria sobre el “caso Mediador” del caso “Tito Berni” al caso de “los contratos de la Guardia Civil", no tiene precio.

Comentaba un independentista de los de toda la vida que “el PSOE se la juega -y nosotros con él- en las elecciones generales”.  Llegados a este punto, todos son conscientes de que, en las últimas semanas, se les ha ido de las manos el nivel de bronca, que eso les perjudica y que tienen que reconducir esa imagen de enfrentamiento permanente, que han trasladado a la opinión pública.

Podemos no tiene clara todavía su puesta en escena. Mientras la ministra Ione Belarra propone un frente de mujeres contra Vox, en el Grupo otras voces proponen que sea el secretario general del PCE, Enrique Santiago, quien intervenga, para hablar con Tamames “de camarada a ex camarada”.

El caso es que han llegado a la conclusión unos y otros de que Vox, con la moción de censura con la que presentarán al profesor Ramón Tamames como candidato les ha servido en bandeja una salida airosa para ellos y venenosa para el PP.

Cada Grupo sigue perfilando la estrategia final e incluso el orador u oradores que saldrán a defender sus respectivas posiciones, pero queda claro no solo el sentido de su voto -contrario, claro- a esa iniciativa, sino que el mensaje tendrá un punto en común. Se trata de dibujar un país en riesgo de caer en manos de la “ultraderecha”, en relación a Vox, y de una “derecha rehén de la ultraderecha”, en relación al PP.

Podemos no tiene clara todavía su puesta en escena. Mientras la ministra Ione Belarra propone un frente de mujeres contra Vox, en el Grupo otras voces proponen que sea el secretario general del PCE, Enrique Santiago, quien intervenga, para hablar con Tamames “de camarada a ex camarada”.

Todos los socios de Sánchez, absolutamente todos, subrayarán el “peligro” que supone poner el país en manos de la “ultraderecha” y señalarán a Feijóo, aquella persona que se dispone a permitirlo.

En el Gobierno, parecen perfilar una intervención del presidente del Gobierno y que, posteriormente, pueda hacer uso de la “barra libre” que se reserva a los representantes del Ejecutivo en todo debate, mientras que sería Patxi López el encargado de encarar el turno del Grupo Socialista.

Gabriel Rufián, una vez descartada por todos su propuesta de no intervenir siquiera, está dándole vueltas al hilo argumental. Por el PNV será también su portavoz, Aitor Esteban, quien ponga los puntos sobre las íes, a todo lo que estime oportuno.

Pero todos, absolutamente todos, subrayarán el “peligro” que supone poner el país en manos de la “ultraderecha” y señalarán al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, aquella persona que se dispone a permitirlo.