El cadáver de Pablo Escribano Taioli ha aparecido junto al de otro hombre en un piso de Alcalá de Henares, ambos sin signos de violencia. Los indicios apuntan a una sobredosis.
La extraña desaparición del joven médico Pablo Escribano Taioli ha acabado de la peor manera. La Policía ha encontrado este viernes su cadáver y el de otro joven en un piso de Alcalá de Henares propiedad de este último.
Ninguno de los dos presentaba signos de violencia y, según ABC, los indicios apuntan a que podrían haber muerto de sobredosis. Estaban en habitaciones distintas.
La fotografía de Pablo, de 29 años y médico residente en el Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, había dado la vuelta a las redes sociales desde que el martes se perdiera su pista.
Ese día llegó a casa -en la madrileña Avenida de América- tras volver de pasar unos días de descanso en Canarias con amigos, dejó la maleta, se marchó y no se supo más de él.
Su familia hizo varios llamamientos a través de Facebook y Twitter para que cualquiera que pudiera aportar la más mínima pista sobre su paradero se pusiera en contacto con ellos o con la Policía. Incluso este sábado habían convocado una concentración.
Este viernes por la tarde su hermana, Ángela Escribano, ha dado la triste noticia a través de Facebook, y su muro se ha convertido en un improvisado libro de condolencias: