| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Isabel Celaá, en el Congreso
Isabel Celaá, en el Congreso

El desternillante mote que ya le han puesto a Ley Celaá de Educación: la LOLAILO

La polémica por la octava ley educativa del Gobierno, pactada con el independentismo, desata una profunda polémica social y estimula definiciones como ésta.

| Y.L. España

La aprobación de la octava Ley Educativa de la democracia, la LOMLOE de Isabel Celaá, promete una honda polémica más en un país saturado ya de ellas. El domingo, de hecho, la plataforma Más Plurales ha convocado una manifestación sobre ruedas para protestar por una norma que, a falta de ratificación en el Senado, apuesta por un modelo único educativo, de evidente sesgo político.

El aprobado "general"; el ataque a la concertada; la marginación de la Religión; la exclusión del español; el troceamiento de los planes de estudios según cada Comunidad o la minusvaloración de la educación especial son algunas de las críticas recibidas por la LOMLOE.

Y hay quien juntando todo eso ha rebautizado la norma con gracejo muy descriptivo, como la LOLAILO, en referencia a la reducción de la exigencia, a la facilidad para pasar de curso y al sometimiento de todo al perfil ideológico del Gobierno y sus socios.

 

Así lo ha hecho el periodista Carlos Herrera en otro contundente monólogo sobre la que él ha bautizado como "la LOLAILO": "La idea es que los niños de España crezcan pensando que Franco sigue vivo; que el río más importante es el de su pueblo; que las mujeres tienen que ser como Irene Montero; que hablar en español es de catetos; que la Fe es de fachas; que Colón era un genocida; que Rodrigo Lanza es mejor que Víctor Laínez y que ETA no existió".

"La ley de Rufián y Lastra"

Antes, recordó que se ha aprobado con 177 votos, solo uno más de los 176 que fijan la mayoría en el Congreso: "Los niños y chavales de España van a estudiar un engendro por el voto de gente como Íñigo Errejón, al que le regalaron una “beca black” en la Universidad. O al de Pedro Sánchez doctor con una tesis más plagiada que una canción de los Beatles. O a los de Rufián y Lastra, que dejaron de estudiar cuando Pitágoras estaba en párvulos".

El periodista de Cope, muy preocupado, remató su editorial con una terrible descripción de cómo está quedando España: "A los más mayores, ley de eutanasia. A los de mediana edad, estado de alarma, ley mordaza y palo fiscal. Y a los pequeños, a lavarles el cerebro, no sea que más adelante piensen por sí mismos".

"Ésa es, en resumen, la España que perfila esta mezcla de socialistas decolorados; populistas caribeños y separatistas unicejos. La LOLAILO es otro paso más para implantar aquí la sociedad descrita por Huxley en “Un mundo feliz”: todo el mundo obediente, todo el mundo igual y todo el mundo dependiente de un poder que ya se encarga de pensar por ti", zanjó.