| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz
Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz

Sánchez condena a España a liderar la subida de precios en Europa

El último dato del IPC marca un récord en lo que llevamos de siglo XXI y deja a España como el país con la subida de precios más acusada de los principales países europeos

| Miguel Centeno España

Desde que Pedro Sánchez llegó al poder, la situación económica no ha hecho más que empeorar. Especialmente desde 2020, aunque en Moncloa se han encargado de subrayar en numerosas ocasiones que es por culpa de la pandemia. Sin embargo, el virus no afectó a todos los países de la misma forma. 

De hecho, Alemania logró recuperar lo índices de crecimiento anteriores a la pandemia a finales del año 2021, algo que nunca ha sucedido en España. Aquí, el Gobierno de coalición prometió una recuperación en forma de V (es decir, que recuperaríamos todo lo perdido en 2020) durante este año 2022. 

Esto sería gracias a los fondos europeos “Next Generation” de la Unión Europea. Unos fondos que en buena parte están planificados a fondo perdido, es decir, que no es necesario que España los devuelva en el futuro. Pero ni con esas la economía española ha remontado. Conscientes de este agravamiento económico, desde Moncloa, han decidido pasar de echarle la culpa al covid a echársela a Vladimir Putin. 

El dirigente ruso, encargado de ordenar a sus tropas rusas la invasión de Ucrania, es el principal causante del auge de precios de la luz, los carburantes y el gas. Todos estos bienes ya estaban experimentando subidas de hasta un 20% antes de que el conflicto estallase, pero parece que esto no quieren reconocerlo desde el Gobierno. 

Sin embargo, ¿cuál es la situación de España en cuanto al auge precios en comparación con el resto de países europeos? ¿Es cierro que Putin tiene la culpa de que la vida sea más cara en España y que, por tanto, los españoles sean cada vez más pobres?

Esta semana, se ha conocido el dato general de la eurozona y, aunque ha sido de los peores de los últimos años, marcando una inflación del 7,5 % en marzo, sigue siendo inferior a la de España. Un dato que se conoce la misma semana en la que el Índice de Precios al Consumo (IPC) registró una subida histórica en lo que llevamos de siglo XXI. Ni siquiera en los peores momentos de la crisis económica del 2008 se experimentó un incremento en puntos porcentuales tan grande de un mes a otro como el de ahora. 

El IPC ha registrado una subida del 9,8% en su tasa interanual en España y 3,4 puntos porcentuales más en el acumulado desde enero de este mismo año, el peor dato en 35 años. Ambas cifras suponen no solo un récord nacional, también en la Unión Europea. Y es que si lo comparamos, por ejemplo, con los datos de Portugal, nuestro vecino ha registrado una subida del 4,2%, es decir, sus precios han aumentado solo la mitad con respecto a España. 

El IPC ha registrado una subida del 9,8% en su tasa interanual en España. Un récord nacional y europeo.

Algo que desmonta el discurso de Pedro Sánchez, que asegura que la guerra en Ucrania es la principal causa por la que está sufriendo la economía española, ya que Portugal está viviendo la misma crisis geopolítica y cuenta con infraestructuras similares. Pero su gestión está siendo más eficiente, ya que en el país luso no se han negado a rebajar ciertos impuestos en la factura de la luz, el gas o incluso incentivos fiscales a la hora de repostar, a diferencia de lo que ha ocurrido en España.

Si comparamos la situación con la de Francia, vemos que el país liderado por Emmanuel Macron ha experimentado un auge de precios del 3,6%, casi tres veces menos que en España. Esto se produce en buena medida por la bajada de impuestos en los hidrocarburos así como en otros bienes de primera necesidad. 

Un caso similar ocurre en Alemania, con 4,5 puntos porcentuales menos de inflación, en el Reino Unido, con 3,6 puntos menos o en Italia con 4,1 puntos por debajo. Muchos expertos añaden que uno de los problemas fundamentales de España que está lastrando su recuperación y en buena medida aumentando los precios es la pérdida de productividad de nuestra economía. Mientras que España mantiene su PIB en 7% al de antes de la crisis sanitaria con unos niveles de empleo similares. Algo que podría estar detrás de la inflación subyacente del 3,4% que arrastra España. 

Un futuro poco alentador

Y parece que en el futuro las cosas no irán mucho mejor. O eso es lo que dicen estudios como el último publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). En él se recoge una rebaja de la previsión de crecimiento de la economía española para este año hasta el 4,2%, 1,4 puntos menos de lo esperado en enero, al tiempo que ha revisado al alza la estimación de inflación hasta el 6,8% de media anual.

En el documento se recoge que, aunque el crecimiento del país seguirá en positivo, lo hará a un ritmo inferior, lo que supone que la economía se situará este año un 2,5% por debajo del PIB prepandemia. Según se desprende del informe, la subida de precios reducirá la renta disponible de los hogares en términos reales, frenando el crecimiento del consumo y la inversión residencial, mientras que el contexto externo conduce a un menor crecimiento de la inversión en equipo y de los mercados de exportación. 

Con todo, la Fundación advierte de que la senda de crecimiento de España dependerá en buena medida de la evolución del coste de los hidrocarburos y la electricidad. A día de hoy, la expansión se mantiene por la persistencia de tres factores: la demanda embalsada, el rebote del turismo y la mayor ejecución de los fondos europeos, en línea con el último trimestre de 2021.

La demanda interna será el motor del crecimiento, a pesar de su pérdida de vigor, con una aportación de 3,8 puntos. La demanda de los hogares todavía crecerá gracias al ahorro, que amortiguará el descenso de la renta real disponible de los hogares, estimado en 16.700 millones de euros, por el impacto de la inflación.