| 23 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, atiende a los medios a su llegada a una sesión de control al Gobierno en el Senado.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, atiende a los medios a su llegada a una sesión de control al Gobierno en el Senado.

Marlaska, acorralado nuevamente, solo tiene un recurso: atacar al PP

El ministro de Interior ha vuelto a ser acorralado verbalmente en el Senado, esta vez después de que el Supremo desacredite su decisión de cesar al coronel Pérez de los Cobos.

| Raúl Puente España

Si la Moncloa estuviera ocupada por un Gobierno decente y con responsabilidad política real, no de boquilla, Fernando Grande-Marlaska habría sido cesado hace tiempo. Los continuos fallos y escándalos que salpican a la cartera de Interior parecen no afectar de ninguna forma al que la lidera, cuya única salida cuando le piden su marcha o explicaciones sobre un tema es siempre la misma:  intentar desviar la atención atacando, en este caso, al Partido Popular.

El principal partido de la oposición es el centro de las iras del socialismo en general y de ciertos de sus miembros en particular, como es el caso de Marlaska. Este miércoles, durante la sesión de control al Gobierno, ha vuelto a quedar demostrado. La encargada del PP en ese ámbito de Interior, Ana Vázquez Blanco, ha vuelto a poner contra las cuerdas al ministro al pedirle la dimisión por la última decisión del Tribunal Supremo que anula el cese del coronel Diego Pérez de los Cobos como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid.

 

 

Una decisión polémica ya cuando se conoció y que se produjo por una supuesta pérdida de confianza. Y es que el coronel Pérez de los Cobos fue destituido por Marlaska al negarse a informar al Gobierno de las pesquisas judiciales que estaban llevando a cabo por la manifestación del 8-M al inicio de la pandemia. El Tribunal Supremo confirma en su sentencia que fue una decisión contraria al Derecho, arbitraria e ilegal, por lo que la deja sin efecto.

Para muchos, como la portavoz de los populares en el Congreso, Cuca Gamarra, lo de Marlaska es un claro ejemplo de abuso de poder.

 

Otra piedra más que sumar a la ya cargada mochila de un Marlaska que ha vuelto a ser "acorralado" verbalmente hablando durante la sesión de control al Gobierno en el Senado. Nadie entiende como Marlaska sigue ocupando su sillón azul y así se lo ha dejado bien claro Ana Vázquez Blanco. Su única respuesta: atacar al PP y cero autocrítica. Ya ni hablamos de lo de dimitir, que se está muy cómodo en ese sillón.