| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

Torra, desafiante: "Salimos a la calle y saldremos las veces que haga falta"

La distensión que vende La Moncloa no existe: el soberanismo ha dado una muestra de fuerza apoyado en la justicia alemana y las concesiones de Pedro Sánchez. Y no renuncia a nada.

| ESdiario España

"Hemos salido hoy, saldremos mañana y lo haremos los días que haga falta hasta que sean libres y nuestro pueblo también". Un desafiante Quim Torra ha encabezado la manifestación de ANC y Òmnium para exigir la libertad de los políticos catalanes presos por  saltarse el Estado de Derecho e intentar la independencia unilateral de Cataluña. 

Unas 100.000 personas, según la Guardia Urbana, han okupado las calles de Barcelona para sumarse a la exigencia de las entidades soberanistas más ligadas el procés y, de paso recordarle a todo el mundo que su objetivo sigue siendo la separación de Cataluña del resto de España.

Se siente fuerte

El independentismo está crecido y se nota, por dos razones que flotaron en el ambiente de una marcha que situó a Artur Mas junto a Torra pancarta en manos ambos con el lema  'Ni cárcel, ni exilio, os queremos en casa'. Junto a ellos, políticos soberanistas y familiares de los detenidos o fugados como la propia esposa de Puigdemont, amén de muchos ciudadanos ataviados con el color amarillo de los célebres lazos y esteladas para dar colorido a la protesta.

 

El fallo de la Justicia alemana, negándose a entregar a Puigdemont por el delito de rebelión, ha fortalecido el discurso y la propagada soberanista, que pretende ahora esparcir la idea de que la Justicia española, como dijo el propio Torra, se ha situado en la "indecencia". El otro punto fuerte es la debilidad, o disposición según quien lo interprete, del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, investido con los votos de los mismos partidos que redoblan ahora sus esfuerzos separatistas.

No hay distensión alguna: el separatismo quiere lo mismo y se siente más fuerte ahora para lograrlo

Para completar el despliegue, los presos soberanistas han reivindicado el diálogo entre todas las partes como "la única herramienta posible para la resolución" de la situación entre Cataluña y el resto del España. Lo han dicho en una carta conjunta que ha leído la hija de Jordi Turull en la misma manifestación, coronada con la okupación  de la vieja cárcel Modelo por parte de los Comités de Defensa de la República.

 

 

 

En la misiva leída ante los presentes, los reos han asegurado que la decisión de la justicia alemana de extraditar a Carles Puigdemont solo por malversación reafirma su "inocencia" e insisten en no reconocer los delitos que se les imputa. Por eso, piden archivar la causa, su puesta en libertad, el retorno de los políticos independentistas en el extranjero y que "se pare la represión sobre el soberanismo, así como los ataques a la libertad de expresión en Catalunya y el Estado".

Y ya para rematar el aquelarre soberanista, el líder del movimiento, Puigdemont, se ha manifestado también desde el exilio,  ensalzando la manifestación por su "dignidad y serenidad". En un escueto mensaje en Twitter, ha dado las gracias por no haber dejado a los dirigentes soberanistas solos durante todo este tiempo.

 

"Gracias por hacer la palabra, de la paz, de los derechos fundamentales, las herramientas para construir la Cataluña de mujeres y hombres libres", ha escrito.

¿Distensión?

Las concesiones al soberanismo, como el acercamiento de los presos a cárceles catalanas, han sido presentadas por el Ejecutivo Central como el comienzo del diálogo y la distensión, coronado por el encuentro reciente en Moncloa de Sánchez y Torra. En la práctica, el independentismo ha mantenido idéntica su hoja de ruta, limitando su disposición a mantener encuentros donde el guión responda a sus aspiraciones.

El conflicto parece así en un punto muerto donde se confunde el talante de Sánchez con las expectativas de Torra, en un cóctel de incompatibilidades que pretende aliñarse, sobre todo en Moncloa, con unas gotas de esperanza que manifestaciones como la de hoy disipa.