El "nuevo Gobierno" adormece al Congreso para evitar que se pinche su burbuja

Apenas una semana y media ha durado el efecto balsámico para el PSOE del nuevo gobierno de Pedro Sánchez. Y pese a la ayuda lanzada desde el CIS con un barómetro que vuelve a disparar a los socialistas, lo cierto es que al Ejecutivo postrevolución le espera un verdadero calvario en dos fases: la más urgente, la aprobación de los Presupuestos de 2022; a medio plazo, el resto de la Legislatura.

La situación de Sánchez la ha definido a la perfección en las últimas horas su principal socio en el Congreso. "Habla poco con los que le apoyamos cuando necesita tantos apoyos. Llega un momento en que cansa", ha advertido el presidente del PNV, Andoni Ortuzar.

Así que tras el vía crucis del pleno escoba de este miércoles, en el que el PSOE tuvo que ceder y mendigar el apoyo hasta de su aliado de Podemos, Moncloa ha decidido adormecer al Congreso. Paradójicamente, renuncia a sacar provecho del impulso del nuevo gabinete que sí ve José Félix Tezanos.

Yolanda Díaz boicotea a Sánchez por su gira promocional con fondos de inversión

Así que, con estos miembres, el nuevo secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, va a tener que esforzarse mucho para tender puentes, no solo con la oposición, más bien con sus propios socios.

Pero de momento, Moncloa ha ordenado ganar tiempo. Al veto ya conocido del Debate sobre el Estado de la Nación, se suma en estas últimas horas un nuevo ejercicio de sabotaje a la labor parlamentaria de la oposición.

Santos Cerdán, el nuevo hombre fuerte del PSOE, este miércoles negociando con Rufián.

Pese a estar en un mes aún hábil para la actividad del Congreso, no habrá un pleno con Sánchez explicando las razones de la revolución en el Consejo de Ministros. Pero, más sorprendente aún, los nuevos ministros no van a comparecer para detallar sus planes respecto a sus antecesores hasta septiembre.

Moncloa quiere que los nuevos titulares de las carteras queden blindados hasta después del verano y lleguen con su imagen intacta al Congreso Federal del PSOE en octubre, cuando Sánchez reme a favor de obra con el reparto del maná de los fondos europeos.

Y es que hasta la propia coalición Frankenstein espera de uñas a algunos de los debutantes. El independentismo, a la titular de Politica Territorial, Isabel Rodríguez. Y el PNV a la nueva ministra de Transportes, Raquel Sánchez, con el parón de la Alta Velocidad Vasca en la agenda.

No habrá control parlamentario, pero si mucho lucimiento mediático. Los nuevos ministros no tendrán vacaciones pero a cambio habrá gira mediática para inflar la burbuja del relanzamiento de la imagen de Sánchez.