Sánchez, Rivera e Iglesias planean una reunión a tres con el PP desprevenido

El secretario general del PSOE y Pablo Iglesias, responsable de Podemos, escenificaron este miércoles con todo cuidado una reunión que desde sus respectivas formaciones se había preparado con discreción. Se trataba de que, cuando menos, el encuentro fuera algo más o algo distinto a una ruptura de relaciones. Los buenos oficios tuvieron su éxito, al menos momentáneo, ya que muy pocos tanto en Ciudadanos como en el PP creían que de este encuentro fuera a salir algo distinto a unas cuantas buenas palabras.

No cabe decir que el encuentro de este miércoles aboque con seguridad a un Gobierno como el deseado por Pedro Sánchez, pero lo cierto es que se ha generado una expectativa que desde hace un par de semanas dormía el sueño de los justos. Con toda la cautela del mundo, como bien se ha encargado de repetir el socialista, la situación tras el encuentro entre los responsables de PSOE y Podemos no es la misma que la de la pasada semana.

No hubo barón socialista, ni dirigente popular que se perdiera las ruedas de prensa de Iglesias y Sánchez. Muchos almuerzos concertados se vieron seriamente retrasados y tanto socialistas -sobre todo aquellos que están alejados del día a día de la negociación- como populares han entrado en fase casi catatónica. “Hay que volver a seguir esperando”, confesaban en Génova, mientras que en algunas federaciones socialistas no se acertaba a lanzar un pronóstico. “Queda tiempo y Pedro sabe lo que tiene que hacer”. 

Pero Sánchez nada hará hasta la próxima semana, una vez superado el Comité Federal de este próximo sábado y cuando tenga en la mano la certeza de que en el PSOE nada va a ocurrir hasta que se forme Gobierno, bien sea antes del 2 de mayo, bien sea a la vuelta de unas nuevas elecciones generales. De momento, Sánchez, haciendo valer su pacto con Ciudadanos, no se ha despegado un milímetro de lo acordado por el Comité Federal “y si al final hubiera un gobierno con Podemos, nadie podría abrir la boca y menos aún quienes están donde están gracias al apoyo del partido de Iglesias”.

Con una nueva “tregua” interna, Pedro Sánchez afronta con comodidad las próximas y decisivas semanas, gracias, entre otras razones, a los oficios de César Luena con las distintas federaciones. El tiempo apremia y entre los negociadores del PSOE el ánimo es bien distinto al de tiempo atrás. “Queda mucho por hacer y nadie puede garantizar el resultado final, pero si la cuerda no se rompe es que se empieza a tejer”. No obstante, son bien conscientes de que el primer gran riesgo que tienen encima es el de generar expectativas que luego no se cumplan.

En este tejer que hay por delante, la posición de Ciudadanos es, sin duda, fundamental, de ahí que Sánchez defendiera el acuerdo y Pablo Iglesias, lejos de despreciarlo se ha mostrado dispuesto a incorporarlo no a un eventual programa de gobierno, pero sí a lista de tareas de ese hipotético Ejecutivo. Rivera y su partido eran de los que pensaban que el encuentro Iglesias-Sánchez iba a ser un mero café, pero lo cierto es que se vieron sorprendidos por el tono, palabras y ambiente en el que ha transcurrido la reunión. Y no es para menos ya que, en este momento, buena parte de la suerte de los acontecimientos va a depender de Rivera. No hay nada cerrado pero de acuerdo con medios solventes consultados por ESdiario la próxima semana podría celebrarse un encuentro a tres en el que se abordaría el “gobierno parlamentario” propuesto por Sánchez.

Los populares, a la espera

El PP, por su parte, se siente ajeno a todo este movimiento y expectante ante la actitud que pueda tomar Ciudadanos, “que hace un tiempo, muy poco, no quería saber nada de Podemos y ahora se avienen a hablar con ellos. Una de las claves es que ninguno de los tres, ni Rivera, ni Iglesias ni Sánchez quieren aparecer como responsables de unas nuevas elecciones”. La puerta abierta dejada por Sánchez e Iglesias para seguir negociando ha llevado a Rajoy a un nuevo “sine die” para hablar con el secretario general del PSOE. “No tiene ningún sentido contribuir a la ceremonia de la confusión. Esto no va de fotos ni de paseos y hemos entendido muy bien el no y no de Sánchez. Mientras las negociaciones con Podemos sigan abiertas, no tiene mucho sentido abrir otro frente de solución imposible”, se indica desde la dirección del PP, donde lo único que tienen claro es que Rajoy no será presidente.

Hay que seguir esperando y aunque hasta el último minuto del último día se está a tiempo, en Ferraz, “conscientes de las dificultades”, no se descarta que los acontecimientos “puedan precipitarse”. Lo cierto es que tanto Sánchez como Iglesias han interiorizado que ahora o nunca y que no llegar a un acuerdo sería una relativa contradicción ya que precisamente los pactos entre ambos partidos han sido los que han permitido desalojar al PP de ayuntamientos, diputaciones y gobiernos autonómicos. “El Gobierno de España -se admite en Ferraz- es algo distinto, de mucha mayor envergadura pero si ha sido posible en muchas autonomías no tiene por qué no serlo a nivel nacional”. En el tejado de Rivera descansa, en gran medida, que Pedro Sánchez sea presidente. Pablo Iglesias ha facilitado mucho el, todavía, tortuoso camino hacia La Moncloa.