Acosar restaurantes por no tener la carta en catalán, la última de los "indepes"

El mundo del independentismo catalán siempre se supera a sí mismo y cualquier cosa puede ser posible. Después de ver campañas de denuncias, acoso y persecución a docentes universitarios o a comercios por no hablar en catalán, la última acción es dedicarse a ir a boicotear restaurantes por no tener la carta en catalán, grabándose ufanos por tal hazaña.

Los boicoteadores independentistas, unas 60 personas movilizadas por Plataforma per la Llengua, se presentan en restaurantes de Barcelona que no tienen la carta en catalán y entran masivamente en los locales de la capital catalana para increpar a los trabajadores por este hecho.

Posteriormente, los independentistas piden las hojas de reclamación a los trabajadores “para denunciar la vulneración de sus derechos lingüísticos” y el establecimiento, al negarse a ofrecérselas, acaba llamando a los Mossos d'Esquadra que acaba levantando acta de los hechos.

🚨 La ONG que se dedica a espiar a los niños en los recreos ahora también colapsa los restaurantes que no tienen la carta en catalán.

A esto destinan los fondos públicos que le dona la Generalitat.👇pic.twitter.com/gTN5B06H2F

— Liberales 🇪🇸🇪🇺 (@LiberalesESP) April 6, 2022

Plataforma per la Llengua hace llegar posteriormente las denuncias de los saboteadores a la Agencia Catalana de Consumo, que, tras el procedimiento de inspección, inicia la denuncia administrativa con la consiguiente multa contra los restaurantes señalados. Como henos señalado, los propios independentistas se graban y presumen de ello como hicieron el pasado febrero en los restauranbtes Five Guys y Surf House.

Quien está detrás de esta campaña del independentismo es Plataforma per la Llengua, una entidad que recibe cuantiosas subvenciones de dinero público de administraciones como la Generalitat de Cataluña, la Generalitat Valenciana o el Ayuntamiento de Valencia. Sólo por poner un dato, durante 2021 recibió dos millones de euros de la Generalitat que preside Pere Aragonès o 25.000 euros del Ayuntamiento valenciano que dirige Joan Ribó.