| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Iglesias ha querido mostrar su autoridad con el cese de Pascual.
Iglesias ha querido mostrar su autoridad con el cese de Pascual.

Iglesias sentenció a Sergio Pascual tras leer una maldad sobre Tania Sánchez

Los enredos atribuidos en la estructura del partido y la presión de los fieles del líder, cada vez más enfadado por ciertas informaciones, acabaron con un cese que el interesado no esperaba.

| Manuel Ortega España

Las dos almas de Podemos han vuelto a aparecer tras el cese del secretario de Organización, Sergio Pascual, por parte del secretario general Pablo Iglesias. Una medida fulminante que todavía no ha sido interiorizada por muchos en el partido morado, sorprendido por el "fusilamiento" del número tres del partido. Y un claro aviso a navegantes. 

Aunque Podemos guarda silencio y los pretorianos de Iglesias han cerrado filas con su líder, la medida, según fuentes de la formación, tuvo un doble objetivo: poner sobre la mesa la autoridad de Iglesias y enviar un mensaje a Iñigo Errejón, considerado en última instancia responsable de la crisis por no haber sabido atar a su gente. 

La gota que colmó el vaso de la paciencia de Iglesias tuvo que ver con el hecho de que se señalara a Pascual como posible responsable de las dimisiones en el Consejo Ciudadano de Madrid destinadas a forzar la salida de Luis Alegre como secretario general. El líder de Podemos, que venía rumiando un enfado mayúsculo en los últimos días, decidió dar un golpe de mano que ni el propio afectado pareció calibrar en la jornada de ayer hasta que fue demasiado tarde para él. 

Pese a la opacidad de la formación morada en estas cuestiones, sí parece evidente que en los últimos días algunos fieles a Iglesias le habían pedido que moviera ficha y mostrara autoridad. El asunto, según parece, terminó de calentarse con una serie de "informaciones" que apuntaban a la "ambición" de Tania Sánchez -cuya falta de sintonía con los errejonistas es pública y notoria- y con la filtración de varios documentos internos de circulación bastante restringida. 

La labor de Pascual en la Secretaría de Organización tampoco le colocaba en una posición de fuerza a la vista de las crisis territoriales que vive el partido y que no ha sido capaz de atajar. 

La demostración de fuerza parece haber dejado muy claro quién manda en Podemos. Si Pascual publicó un tuit haciendo mención a los dos años en los que había contribuido a construir el partido, pocos dirigentes del mismo se tomaron la molestia de airearlo. Tan sólo Emilio Delgado, el responsable madrileño que abrió la crisis con su dimisión la semana pasada, se solidarizó con él. Errejón se limitó a un retuiteo. Iglesias simplemente lo ignoró. 

En todo caso, la actuación bien podría haber sido digna de un guión de Juego de Tronos. Y más teniendo en cuenta la forma de anunciarlo, que para algunos recordó al anuncio de ruptura sentimental entre Iglesias y Sánchez. Desde luego, la secuencia de hechos fue llamativa. 

En torno a las nueve de la noche el departamento de Comunicación de Podemos enviaba varias convocatorias del partido en el Congreso para el miércoles. En torno a las once de la noche, se remitía la agenda con las intervenciones en medios de varios dirigentes. Hacia las once y media llegaba un comunicado de la Secretaría General en el que a Pascual no se le daba ni la posibilidad de camuflar el cese como dimisión y se le señalaba por una "gestión deficiente". 

No sólo eso: el anónimo redactor ponía el foco en el daño efectuado al partido en "un momento tan delicado" como el de las negociaciones con el PSOE, cargándole a Pascual dicha responsabilidad. El hombre que pululaba por Princesa, 2 cargado de carpetas y dossieres, killer de críticos como la estructura riojana que desarboló la primavera pasada, era arrojado a las tinieblas.

Su departamento, ahora, depende directamente de Iglesias, que sigue tomando posiciones en una estructura de partido copada por errejonistas