El vídeo más humillante de Ramón Espinar haciendo el papelón remata su caída

El órdago de Íñigo Errejón ha acabado provocando más pronto que tarde la voladura de Podemos Madrid, como lo evidencia este viernes la dimisión de su secretario general, Ramón Espinar. 

Ramón Espinar abandona Podemos en mitad del naufragio porque asegura que ya no comparte su "rumbo"

Desde que Errejón desertó para irse con Manuela Carmena, los de Pablo Iglesias mantienen un profundo debate sobre qué hacer en la Comunidad de Madrid. Si presentar una candidatura propia, como quiere Iglesias, o negociar con Errejón una lista de integración, que era lo que debía haber sido en un principio. 

Espinar es partidario de esto último, porque considera un error criminal dividir el voto de Podemos y enfrentarse a Errejón en las urnas. Con el riesgo de quedar por debajo de él y el mazazo que eso supondría para el partido. 

Pero Iglesias se ha tomado esto como una traición personal y no quiere negociar nada con su examigo. Puesto que ceder sería, cree él, echar piedras contra su liderazgo. En eso tiene el respaldo, por ejemplo, de Juan Carlos Monedero, que este viernes culpaba de todo al huido. 

En Podemos, dije, aguantamos el tirón porque no teníamos hijos. Era una metáfora del precio que pagamos. Demasiados ataques y difamaciones. Aguantamos porque los compas nos cuidan. La división nos agota. Alguno tendrá que dar cuenta del roto que ha hecho. Gracias @RamonEspinar

— Juan Carlos Monedero (@MonederoJC) January 25, 2019

Ante esa encrucijada Espinar ha dado con la puerta en la cara a su jefe de filas, en un comunicado en el que además deja claro su desacuerdo con Iglesias: "No se dan las condiciones para llevar el proyecto de Podemos en Madrid hacia donde creo que debe dirigirse". 

Para los anales de la historia de Podemos queda este vídeo de Espinar defendiendo la candidatura de Errejón a las primarias de 2018 que, visto hoy, resulta hasta ridículo. O humillante.

"En esta candidatura caben todas las formas de pensar, cabe toda la gente del cambio", decía. La frase no podría ser más desafortunada.