Las Elecciones catalanas más reñidas se deciden en 4 diputados clave en juego

Quien quiera gobernar en Cataluña a partir del lunes, deberá lograr el apoyo de 68 diputados. Un objetivo inalcanzable para cualquiera en un Parlamento infernal que ahora es indomable ya, con siete fuerzas distintas, y desde el lunes lo será aún más: la segura irrupción de VOX y la escisión en dos de la vieja Convergencia, con Junts y el Pdecat por separado, promete una legislatura aún más caótica.

Está por decidirse quién gana, con un triple empate en los sondeos entre el PSOE-PSC, Esquerra y Junts, todos en un pañuelo de entre 28 y 34 diputados, pero no será tan sencillo saber con rapidez quién gobierna, cómo queda el resto y cómo afecta todo ello en la política nacional y en Moncloa.

A falta de datos de participación, sí hay una cifra que refleja la única normalidad que probablemente ofrezca la jornada electoral: se han constituido sin incidencias el 97% de las mesas electorales, una cifra similar a la de 2017, cuando la pandemia no azotable y no había habido el plantón histórico de elegidos para gestionar la votación más peliaguda de la historia reciente de Cataluña, con tantas mascarillas y botes de hidrogel como papeletas.

Sánchez y Junqueras comparten el mismo miedo a una sorpresa de Puigdemont

Aunque hasta las 20 horas no se conocerán los sondeos a pie de urna, con el de GAD-3 como gran anticipo del escrutinio, sí se puede dar por hecho algo: los márgenes para conseguir o perder actas clave serán muy estrechos y la balanza se decantará por decenas o como mucho unos pocos cientos de votos en al menos cuatro circunscripciones clave, tal y como reconocen a ESdiario fuentes de la intendencia de tres partidos en liza.

Cuatro diputados clave

Esas cuatro batallas secundarias se pronostican para Lérida, donde el acta puede decantarse por 500 votos con dos aspirantes a lograrlo: Junts pel Catalunya, la formación de Puigdemont capitaneada por razones obvias por Laura Borrás, y el PP de Alejandro Fernández. A ambos se les reconoce en privado, desde todas las trincheras, sus buenas campañas y su valor personal, más allá de factores ideológicos.

Todo estará en un pañuelo si no fallan los sondeos, pero el resultado final dejará un Parlament alocado

Otro gran pulso se verá, si nada falla, por el último escaño en juego en Tarragona donde la CUP y de nuevo el PP aparecen como máximos aspirantes, con 800 votos decisivos para lograr el premio. Y por menos aún, solo 400, se dirimirá probablemente un acta entre ERC y Ciudadanos en Gerona.

La mayor de las pequeñas batallas, alejada de la victoria final pero decisiva en la composición del Parlament, se verá en Barcelona, donde se espera que menos de un millar de papeletas decante un acta decisiva para que el PSC supere a ERC o para que el PP aguante el empuje de VOX con Ignacio Garriga.

Esos cuatro diputados son clave para las aspiraciones de unos y otros, por distintas razones, pero hasta podrían permitir una mayoría "constitucionalista" tan aritméticamente posible como políticamente inviable: si todos ellos se adjudicaran al PP y Cs; el PSC rozaría los 68 diputados sumando a todos los partidos que dicen no ser independentistas. Pero ver a Podemos y a VOX, más PP y Cs, apoyando a Salvador Illa para frenar al secesionismo es una quimera, por mucho que los números den.

Illa asume que no será presidente y se conforma con ser vicepresidente con ERC

La otra guerra va por arriba y se resume en un tablero de juego con dos opciones: si ERC gana, gobernará con el respaldo del PSC y de Podemos para apartar definitivamente la sombra de Puigdemont. Y si lo hace el PSC, algo en lo que cada vez menos confían, todo se complicará.

ERC puede explicar  a la parroquia nacionalista el respaldo externo de los socialistas, pero muy difícilmente ser su báculo en Madrid y Barcelona si no es controlando la Generalitat. De ser así, Moncloa quedaría sumida en un avispero, con Podemos haciendo de oposición desde dentro y Junqueras sin ganas de apoyar en nada.

Más de 5 millones de votantes

Al final decidirán todo esto, así como el equilibrio de fuerzas en la oposición con Cs, VOX y VOX jugándose la primacía; un total de 5.624.044 catalanes, responsables de elegir a 135 diputados entre las 69 candidaturas presentadas, solo nueve con opciones de lograr representación.

Según los datos de la Generalitat, el número de electores es un 1,25% superior a las personas que votaron en las elecciones del 21 de diciembre de 2017, y, del total del censo, 5.368.881 residen en Cataluña y 255.163 lo hacen en el extranjero y tienen derecho a voto.

Ante la pandemia, el Govern y los partidos han fomentado el voto por correo, e incluso se ha permitido solicitarlo de manera telemática y entregar el voto directamente en mano a un trabajador de Correos sin necesidad de salir de casa. De esta manera, las solicitudes del voto por correo han alcanzado su máximo histórico en unas elecciones en Cataluña con 284.706 peticiones, lo que supone el 5,30% del censo y un 350% más que en las últimas elecciones al Parlament.

La participación se hunde casi 12 puntos hasta las 13 horas

Por otra parte, y en una primera actualización de datos de participación este domingo, un 22,77% de los catalanes llamados a las urnas habían votado hasta las 13 horas, lo que supone 11,9 puntos menos que en el primer avance de participación de las elecciones catalanas del 21 de diciembre de 2017, cuando a la misma hora había votado el 34,69% del censo.

Ésta es la cifra de participación comunicada por el 93,83% de las mesas electorales, según la web resultats.parlament2021.cat, a la espera de que comparezca en rueda de prensa el conseller de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia de la Generalitat, Bernat Solé.