| 25 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Los dirigentes de Unidos Podemos, este jueves al anunciar los trámites para la moción de censura.
Los dirigentes de Unidos Podemos, este jueves al anunciar los trámites para la moción de censura.

Podemos tiende una trampa mortal al PSOE con una moción de censura imposible

Pablo Iglesias trata de dinamitar las primarias socialistas con una iniciativa envenada para desalojar a Rajoy de La Moncloa. Busca apoyos y obliga a retratarse a Susana y a Rivera.

| Javier Ruiz de Vergara España

Tal como reveló este pasado viernes ESdiario, Pablo Iglesias está dispuesto a protagonizar su primer órdago parlamentario contra el Gobierno, con escasas posibilidades de éxito pero con una previsible desestabilización del PSOE que puede facilitar a la formación morada importantes réditos políticos.

Este diario reveló hace siete días que Iglesias ya había hablado con su entorno más próximo de la posible presentación de una moción de censura, y este mismo jueves con toda solemnidad, el líder de Unidos Podemos y sus aliados anunciaron la puesta en marcha de negociaciones con el resto de grupos parlamentarios para intentar desalojar a Mariano Rajoy de la Presidencia del Gobierno. La excusa: la citación de Rajoy como testigo en el juicio Gürtel y la Operación Lezo.

De esta forma, Iglesias emplaza al PSOE a unir fuerzas para derribar al presidente del Gobierno con una moción de censura en el Congreso de los Diputados. "España está viviendo un estado de excepción democrático", con el "saqueo" de las administraciones públicas y con un "comportamiento parásito de las instituciones" por parte del PP. "Sacar al PP de las instituciones es una necesidad", subrayó Iglesias, acompañado por dirigentes de Unidos Podemos como Alberto Garzón (IU) y Xabier Domenech (En Comú).

Sin embargo, en apenas veinte minutos, Iglesias tuvo la respuesta negativa del PSOE. Su portavoz, Antonio Hernando, rechazó dar apoyo a la moción de censura que ha planteado el líder de Podemos, al que ha acusado de "mala fe" y de "irresponsabilidad" al entender que estos "fuegos artificiales" lo que hacen es "deteriorar" a la oposición.

Es importante subrayar que Podemos no ha registrado aún la iniciativa parlamentaria de la censura, ya que lo que anuncia primero es una ronda de contactos para tomar la temperatura a los partidos representados en la Cámara Baja. Paralelamente, Domenech anunció otra ronda con los líderes de los partidos catalanes, es decir PDeCAT y ERC.

Con el anuncio de este jueves, Iglesias asume pocos riesgos pero atisba importantes réditos políticos y mediáticos.

Primero, obliga al nuevo líder del PSOE -o en su defecto a la Gestora- a retratarse ante su electorado. Iglesias está convencido de que la victoria de Pedro Sánchez podría abrir un nuevo camino de relaciones entre ambos grupos en el Congreso. Si, por el contrario, la ganadora es Susana Díaz, deberá afrontar una más que complicada primera encrucijada.

Además, dado que ni Sánchez ni Díaz son diputados, Iglesias podría asumir de facto el papel de líder de la oposición en un duelo muy mediático con Mariano Rajoy. La corrupción del PP y la "trama" serían para el líder de Podemos asunto monográfico de ese debate, que puede dar al partido morado importantes réditos electorales.

En la maniobra parlamentaria, Iglesias busca además otro objetivo. Obligar también a fijar posición al líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Según las fuentes consultadas por ESdiario, en la dirección de Podemos se defiende que la mayoría de votantes del partido naranja otorgaron un mandato de regeneración. Y que Rivera debería explicar, en ese hipotético debate de la moción de censura, su decisión de respaldar al PP en un momento tan delicado para los de Rajoy.

Dos antecedentes: 1980 y 1987

La Constitución de 1978 establece que una moción de censura tiene que ser propuesta al menos por la décima parte de los diputados, esto es, por 35 parlamentarios, y ha de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno.

Durante la reciente etapa democrática se han presentado dos mociones de censura y ambas han sido rechazadas: En 1980, el PSOE presentó una contra Adolfo Suárez pero el candidato, Felipe González, no recibió el aval de la Cámara, y en 1987, Alianza Popular, con Antonio Hernández Mancha como aspirante, hizo lo propio contra González, pero tampoco salió adelante.