| 23 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez saliento de La Moncloa.
Pedro Sánchez saliento de La Moncloa.

Angustia en Moncloa por el creciente rechazo social a Sánchez: "Irá a más"

Nunca antes un presidente alcanzó tales de niveles de impopularidad en tan poco tiempo, y la sensación de algunos expertos es que nada de lo que haga puede detener un proceso imparable.

| Antonio Martín Beaumont España

 

Las tendencias de las encuestas son tozudas y casi siempre muy difíciles de cambiar. Y ahora mismo marcan nones para Pedro Sánchez. Cada sondeo que se publica es peor que el anterior para el líder del PSOE.

Además, consultados los expertos, claramente apuntan que el desaguisado difícilmente va a resolverlo una crisis de Gobierno. Porque no se trata de cambiar a unos cuantos ministros para que Sánchez enderece el rumbo en la opinión pública. Claro. De poco sirve cambiar las caras en el Consejo de Ministros cuando quien más rechazo despierta es el propio presidente, peor valorado por los españoles que buena parte de su gabinete.

“Está muerto políticamente”, me dice uno de estos gurús demoscópicos con quien hablo. “Ya no hay manera de darle la vuelta al rechazo que despierta en la calle. Irá a más”, insiste. La sondeocracia habla a todo volumen y no hay CIS ni Tezanos que la callen.

 

Es cierto que algunos presidentes han tenido a la gente en contra. Muy en contra, incluso. Eso sí, tras haber consumido más tiempo en La Moncloa. Sin embargo, lo de Sánchez es toda una carrera de velocidad: en tres años se ha ganado a pulso la contestación popular. Ya ni siquiera puede salir por España sin chocarse con pitidos y abucheos.

En tres años Sánchez ha alcanzado cotas de impopularidad no vistas

Por ejemplo, José María Aznar se trabajó con ganas convertirse en el presidente más antipático de la democracia. Simpático jamás fue, pero según avanzó su mandato, los gestos de soberbia, como su sordera ante la calle con la guerra de Irak o la boda real de su hija en El Escorial, fueron mojones que se convirtieron en muros insalvables hasta convertir su mayoría absoluta en un enorme descontento.

Igualmente, José Luis Rodríguez Zapatero despertó las iras de muchos españoles por su inacción ante la crisis económica. Toda su segunda legislatura fue un desastre absoluto. Incluso los suyos le negaron y terminaron por quitárselo de en medio por adoptar posturas que iban contra su propia ideología. Al menos, casi todos le reconocieron que se inmoló por España.

A ambos presidentes esto les ocurrió en sus segundos mandatos, después de estar en el poder seis o siete años.

Pero Sánchez es un político de récord incluso en esto de levantar tempestades en su contra. Casi no le ha dado tiempo ni a estrenar el famoso colchón que cambió en La Moncloa, y ya tiene a los ciudadanos suspirando por que se marche. Encima, lleva un manchón que jamás se podrá quitar: que cuando toma medidas que resultan impopulares por arbitrarias, lo hace exclusivamente por su egoísta beneficio. 

Sánchez “el pacificador”

Pues así es: Oriol Junqueras ya le ha dado la justificación a Pedro Sánchez para los indultos a los políticos independentistas condenados por el procés. Toda la prensa, alegre, publica la renuncia del líder de ERC a la vía unilateral. “Se ha impuesto el sentido común”, he leído a un gran comunicador.

Junqueras durante una entrevista en TV3.

 

Eso sí, siguen solicitando un referéndum “pactado” que lleve a Cataluña a la independencia. Pelillos a la mar. Minucias. ¿Qué más da?

Lo importante es que ya tenemos independentistas buenos y malos. Los socios de Sánchez, los Junqueras y Rufián, son fetén. Los Puigdemont, la CUP y otras compañías son malos, malísimos.

Ambos, Junqueras y Puigdemont, quieren independizar a Cataluña de España, pero unos “educadamente” y los otros “por las bravas”. La sociedad Sánchez-Junqueras ya puede ser bendecida por la progresía. Los que no amparen ese diálogo favorecen a quienes están permanentemente en el juego de destruir España.

Veremos lo que nos cuesta este balón de oxígeno que el secesionismo republicano catalán a Sánchez.

Pero, para La Moncloa, relato construido. Pedro Sánchez pasará a la historia como el líder que arregló para siempre el problema catalán. No nos habíamos dado cuenta del hombre de Estado que tenemos en La Moncloa. Gracias, presidente.

Sánchez Galán, Bogas y Reynés, ¿“socios” de Pedro Sánchez?

Un Gobierno tiene que andar muy "sobrado" para decirle a sus paisanos que si sube la luz es por culpa de que no ponen la lavadora ni planchan de madrugada. El gabinete de Pedro Sánchez tiene, como suele decirse, más cara que espalda. Aunque lo vistan con esa cursilada de “hacer pedagogía” cara al futuro.

¿Imaginan qué estaría diciendo la izquierda política y mediática si hubiese sido un ministro de Rajoy quien se expresase así?

No es necesario imaginarlo, basta con acudir a la hemeroteca para toparse con el mismo Sánchez, y no digamos ya Pablo Iglesias y los suyos, acusando al ex presidente de “insensible” porque sus políticas para favorecer la cuenta de resultados de las eléctricas convertían a una buena parte de españoles en "pobres energéticos".

¿Recuerdan a Iglesias abrazando ancianas en La Sexta a las que el “infame” Rajoy había dejado tiritando de frío sin calefacción porque no podían pagarla? La luz subió entonces un 10% y ahora se ha disparado al 187%.

¿Se ha hecho Pedro Sánchez "socio" de Ignacio Sánchez Galán, José Bogas y Francisco Reynés? De seguir el mismo guion de la izquierda anti- Rajoy ahora se debería contestar afirmativamente a la pregunta. La peor “puerta giratoria” es la demagogia.

En fin, en el sanchismo todo es parafernalia y cuando ya nada funciona siempre queda el "comodín" Carmen Calvo, capaz de afirmar sin sonrojarse que lo importante no es la subida de la luz sino quién plancha en casa. Y, mientras, el IVA de la factura eléctrica al 21%.