| 25 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Mitin final de En Marea en Santiago de Compostela.
Mitin final de En Marea en Santiago de Compostela.

En Marea sufre una estampida de militantes un mes después del triunfo de Feijóo

Los gallegos están cansados de las idas y venidas de En Marea, y poco a poco han ido perdiendo el apoyo de sus votantes. Los problemas internos provocan desconfianza en la población.

| Rita Casdelo España

Las elecciones gallegas han desbaratado el panorama político de la comunidad. Tras la mayoría absoluta del Partido Popular, con 41 escaños, la izquierda se ha visto afectada. Mientras que la situación del PSOE ha llegado a nivel estatal, En Marea, conformada por varios partidos de izquierdas, está a punto de saltar por los aires. 

Pese a alcanzar al PSOE en número de escaños (ambos obtuvieron 14), no consiguieron que la coalición de izquierdas ganase terreno y se hiciese con el poder en uno de los feudos del PP. Y mientras el PSOE sigue a lo suyo, luchando por sobrevivir, En Marea trata de esconder los problemas que poco a poco se van destapando.

La variedad político-ideológica que conforma este partido, que da cobijo a Podemos Galicia, Anova, Esquerda Unida y las mareas locales de las principales ciudades, está haciendo que lo que se esperaba un partido fuerte termine siendo uno realmente fracturado. 

A pesar de que las elecciones permitieron a la agrupación de izquierdas entrar en el Parlamento no consiguieron mejorar sus resultados municipales, sino que empeoraron especialmente en A Coruña y Santiago, donde perdieron uno de cada cuatro votos. 

Este descenso hacía prevenir lo que ha venido después, un descenso de la confianza en En Marea y un descenso de apoyo por parte de seguidores fieles a la agrupación que, como ya confirmaban militantes de Podemos en una carta a mediados de julio, “no queremos ser una máquina electoral a la que sólo le preocupa alcanzar grandes resultados a costa de perder nuestra identidad”.

Según ha podido saber ESdiario, algunas provincias ya han empezado a notar esta huida que, al parecer, no ha hecho nada más que empezar. Galicia fue una de las comunidades en las que Podemos recibió más apoyo desde el principio, y este ha sido notable en las elecciones autonómicas. Pero las constantes crisis internas tras la unión con En Marea y la problemática de Podemos a nivel nacional hacen desconfiar a su electorado.

El último en demostrar el escollo interno que vive la agrupación de partidos ha sido el alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, que, en una entrevista concedida a un diario digital ha reconocido el error al haber “recortado tanto” en el número de asesores. Este ahorro es uno de los que defiende la formación de Pablo Iglesias y, por ende, sus marcas en toda España.

Este es sólo el último escollo de Ferreiro, al que la falta de apoyo le ha provocado un gran retraso en la aprobación de presupuestos. Quien tampoco tiene apoyo desde las elecciones del pasado 25 de septiembre es el alcalde de Ferrol, Jorge Suárez, que tomó la decisión de retirar competencias a los concejales socialistas y ellos decidieron salir del Ejecutivo. 

Poco antes de las elecciones Luis Villares, candidato a la Xunta de Galicia por En Marea, se vio forzado a solicitar ayuda a personas externas a su equipo, según recogió ABC, para evitar que la grieta interna que estaba viviendo el partido siguiese creciendo durante la campaña.