| 25 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Casado ante Sánchez y varios ministros.
Casado ante Sánchez y varios ministros.

Cunde el desánimo en el PP: 14 meses de polémicas y ni un ministro han tumbado

Casado no consigue que su oposición derive en una sola dimisión o cese. En tiempos de Rajoy el PSOE llenó su "galería de trofeos" con las cabezas de varios ministros y presidentes regionales

| Ana Martín España

 

En política, uno de los termómetros que miden si la oposición está haciendo daño al gobierno es el número de cabezas que se ha cobrado. Y la galería de trofeos de Pablo Casado está, de momento vacía, lo que tiene a los populares desanimados. 

"Es increíble que teniendo enfrente a un Gobierno que va a escándalo por día no hayamos forzado ni una sola dimisión. No hay un fuego sostenido contra ningún ministro, y mira que hay donde elegir, que son 22 más Sánchez. Pero en vez de centrarnos nos dispersamos, disparamos balas de fogueo", se queja un veterano diputado. 

'No hay un fuego sostenido contra ningún ministro', se queja un veterano diputado

Otro ironiza con pesar con que hace más daño al presidente su propio socio desde dentro, Pablo Iglesias, que ellos como principal partido de la oposición. En ese sentido, el presidente lleva 14 meses de plácida legislatura y no solo no ha tenido que desprenderse de nadie de la tripulación, sino que los ministros del PSOE gozan, por lo general, de buena salud política.

Cuando ganó la moción de censura, Sánchez pagó la novatada con Máxim Huerta, al que tuvo que sacrificar solo siete días después de su nombramiento como ministro de Cultura porque había defraudado más de 250.000 euros a Hacienda; y después con Carmen Montón, que abandonó la cartera de Sanidad por irregularidades en su máster. Y a partir de entonces se prometió que ni uno más. 

Máxim Huerta cuando anunció su dimisión.

 

Así ha sido. El caso de Salvador Illa es paradigmático. El exministro de Sanidad no solo no acusó el desgaste de haber sido el principal rostro de la polémica gestión de la pandemia, sino que fue enviado a Cataluña como candidato triunfal del PSC y ganó las elecciones. "Se nos están escapando todos vivos", se lamenta el segundo diputado.

Es allí, en el Congreso, donde se supone que los ministros han de sudar la gota gorda; y sin embargo no hay más que ver la soltura y tranquilidad con la que se desenvuelven en las sesiones de control de los miércoles. De Carmen Calvo a Pablo Iglesias, pasando por José Luis Escrivá, Fernando Grande-Marlaska o Margarita Robles

Una sola reprobación... y acabó como acabó

De hecho en esta legislatura el PP no ha conseguido siquiera concitar una mayoría parlamentaria suficiente para reprobar a un solo miembro del Gobierno, que no deja de ser un mecanismo sin efectos prácticos pero políticamente es muy simbólico. La única y última reprobación durante los dos gobiernos de Sánchez fue la de la entonces ministra de Justicia, Dolores Delgado. Y a día de hoy es fiscal General del Estado, así que las balas ni le rozaron.

Lo más parecido a un fuego sostenido que han efectuado los de Casado ha sido contra el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, que durante semanas estuvo en el punto de mira político por el llamado Delcygate (su encuentro en Barajas con la vicepresidentea de Venezuela, que tiene prohibida la entrada en territorio europeo). Pero después llegó la pandemia y el Delcygate se diluyó como un azucarillo, máxime cuando el pasado mes de noviembre el Tribunal Supremo archivó una querella en su contra. 

Ana Mato y Alberto Ruiz-Gallardón cayeron por el fuego político.

 

Cuando el PP gobernaba el PSOE sabía dónde dar. Bajo la Presidencia de Mariano Rajoy cayeron víctimas del fuego político los ministros Ana Mato, José Manuel Soria, Alberto Ruiz Gallardón y José Ignacio Wert

También todo un fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce; un presidente de RTVE, Leopoldo González-Echenique; Francisco Camps siendo presidente de la Comunidad Valenciana; Cristina Cifuentes siéndolo de la Comunidad de Madrid; Esperanza Aguirre cuando era líder de la oposición a Manuela Carmena en el Ayuntamiento de Madrid... y hasta Federico Trillo como embajador en el Reino Unido cuando María Dolores de Cospedal asumió públicamente que siendo ministro de Defensa éste tuvo parte de responsabilidad en el accidente del Yak 42.

Eran los tiempos de la parte estrecha del embudo. Ahora con Sánchez se aplica la ancha.