| 07 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La "firme" promesa de Sánchez que ahora se convierte en una terrorífica mentira

El presidente del gobierno aseguraba cuando era candidato que tenía ciertos límites que nunca traspasaría, pero ahora esas líneas rojas se han esfumado.

| ESdiario España

Hay muchas cosas que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijo que nunca haría. Nunca gobernaría con Pablo Iglesias, nunca negociaría con los independentistas y otra tercera negación que resulta bochornosa a la vista de los acontecimientos y es que nunca se sentaría en la misma mesa que EH Bildu.

De hecho, esta afirmación, que realizó en 2016 fue particularmente dura con la formación abertxale ya que aseguraba que "con el único partido que no vamos a entablar diálogo es con Bildu. Cuando digo dialogar no es negociar".

 

 

Sin embargo, ahora parece que el criterio del líder del PSOE es bien distinto ya que ha decidido que la formación separatista vasca sí merece su reconocimiento como interlocutor válido para cualquier tipo de conversación y también de negociación.

De hecho, fue Adriana Lastra la que se sentó en la misma mesa que Bildu para lograr los votos que le permitieran a Pedro Sánchez revalidarse como presidente del Gobierno, gracias a la abstención de los proetarras.

 Además, también en otros puntos del país ha permitido que las diferentes formaciones socialistas lleguen a los acuerdos necesarios para lograr sus objetivos. Navarra es el último ejemplo de ello, ya que la socialista María Chivite gobierna gracias a Bildu, algo que los proetarras le recuerdan constantemente, y además, gracias a ellos sacará adelante los próximos presupuestos de la comunidad foral.

Más alianzas

Esta nueva alianza entre el PSOE y Bildu también se ha extendido a Irún donde se acaban de cerrar los presupuestos municipales junto a los separatistas vascos y Podemos, demostrando el cambio de criterio general respecto a esta formación que ya se ha convertido en un socio más de Sánchez allá donde lo necesita para mantenerse en el poder. Ahora, lo que queda por ver es hasta dónde llegará el alcance del precio que tendrá que pagar a los proetarras por los servicios prestados.