Sánchez se atrinchera y dispara las reclamaciones por ocultar información

El Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG) ha desmontado por completo al ejecutivo de Pedro Sánchez al desvelar que en 2021 se registraron 431 reclamaciones de españoles que han pedido al Gobierno conocer algún dato de los ministerios de coalición y se les ha negado. Esa cifra representa un 11,3% más de reclamaciones con respecto al año anterior.

Entre los ministerios que más información ocultan, destacan los de Sanidad e Interior, justamente los que tienen datos de la pandemia y del uso de fondos que podrían poner en un aprieto al Gobierno de Pedro Sánchez. Para evitarlo, Moncloa ha instalado varias técnicas: la primera es la de tratar de responder con ambigüedades, como en el caso del presunto uso irregular del Falcon por parte del presidente. 

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Ante las preguntas de la ciudadanía en las que exigían explicaciones ante la movilización de recursos públicos para acudir a actos del PSOE, el Gobierno respondía diciendo que no se podía dar la explicación concreta por motivos de seguridad. De este modo dan por resuelta la cuestión aunque no se haya respondido realmente.

Otro procedimiento que se añade al de las ambigüedades, es el del silencio por respuesta. Evitar dar explicaciones sobre determinadas cuestiones, aunque luego pueda provocar un aluvión de críticas y reclamaciones. En este caso, este ha sido uno de los procedimientos que el ejecutivo más ha usado, dando esquinazo a la propia Ley de Transparencia que obliga a dar cuentas al ejecutivo.

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Si hacemos un desglose del número de reclamaciones presentadas, veremos que a la cabeza se encuentra el ministerio de Sanidad, que le quita la primera posición al de Interior con respecto a 2020. El ministerio de Carolina Darias ha recibido un total de 76 reclamaciones, casi 30 más que el año anterior. La mayoría de esas reclamaciones se han presentado porque la titular de la cartera se ha negado a responder, sobre todo, a datos que tienen que ver con la pandemia de coronavirus. 

Algunos ejemplos son el número de vacunas administradas al Gobierno, la marca de esas vacunas y los plazos en los que fueron administradas. También se le ha preguntado al Gobierno (sin obtener respuesta) por los criterios en el reparto de vacunas entre las comunidades autónomas, por los datos de camas ocupadas por pacientes con covid desde el inicio de la pandemia clasificados por el nombre de los hospitales y las actas de las reuniones del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud a la hora de tomar decisiones sobre restricciones o vacunas.

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Se quedan sin responder también, de momento, por qué el Gobierno realizó compras de material de protección al principio de la pandemia sin certificaciones o que resultaron ser de mala calidad, así como el proceso por el que se vacunó presuntamente a destiempo a las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado presentes en Cataluña por culpa de la Generalitat.

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También en se le han hecho preguntas sobre la pandemia al ministerio del Interior. Algunas de ellas tenían que ver con las fiestas ilegales que se produjeron al inicio de la pandemia, durante el confinamiento o el número concreto de sanciones que se han registrado durante el Estado de Alarma que, ahora, el Supremo ha declarado como “ilegal”. 

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Otras de las cuestiones por las que Fernando Grande-Marlaska ha sido preguntado y que no ha respondido ha sido por las supuestas amenazas recibidas por miembros del Gobierno durante la campaña de las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid, la detención de personal de seguridad del candidato de Podemos, Pablo Iglesias, a la presidencia madrileña o cuántas personas estaban acogidas en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) de zonas de España como Canarias, Ceuta o Melilla.

También tienen reclamaciones interpuestas el ministerio de la Presidencia del Gobierno, sobre todo por no aportar datos del coste de las vacaciones de Pedro Sánchez en el Palacio de las Marismillas (Doñana, Huelva), cuántos medios se movilizaron para su protección durante el verano y qué medios públicos usó para su disfrute (transportes, dietas, etc).