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Francisco Correa
Francisco Correa

El líder de la Gürtel da nombres y apellidos de la conspiración para echar al PP

Correa señala al juez Garzón, al instructor del caso y cita a la actual ministra de Justicia en una supuesta conspiración que buscó "derrocar" a Rajoy y le ha atropellado a él.

| ESdiario España

El periodista Esteban Urreiztieta publica este sábado en El Mundo un documento impactante que pone letra, negro sobre blanco, a una extendida tesis en determinados círculos políticos, alimentada en los últimos días por la confirmación de que el comisario Villarejo mantuvo contactos con el entonces juez Baltasar Garzón para forzar el caso Gürtel.

Se trata ahora de una denuncia que el cabecilla de la Gürtel, Francisco Correa, expresa según la cual él habría sido víctima de una operación política para acabar con el Gobierno de Mariano Rajoy. Ésta habría sido instrumentada por el primer instructor de la causa, el ex juez Baltasar Garzón, y por su «amigo íntimo», el magistrado José Ricardo de Prada, y ha provocado que Correa haya sido condenado a más años de prisión que algunos destacados comandos de ETA, utilizando, dice, prácticas «del siglo XIX».

 

«Ustedes ya han cumplido sobradamente los fines para los que montaron esta causa», señala Correa a José Ramón Navarro, presidente de la Audiencia Nacional. «Han conseguido destruir un Gobierno, cargarse a todo un presidente», agrega. Todo ello sin que «haya habido hasta el día de hoy en España un juez que parase este dislate y se haya hecho cargo de las barbaridades que se cometieron durante la instrucción», explica en la misiva publicada en exclusiva por el rotativo.

Correa sostiene en su carta a José Ramón Navarro que «los jueces de la Audiencia Nacional se han acomodado al gusto de la oposición política» que lideraba el PSOE. «Se recusan y apartan jueces conservadores, pero se nombran jueces de izquierda o extrema izquierda en la causa donde la acusación popular la sostienen Izquierda Unida, Podemos y/o el PSOE», destaca.

La supuesta red de intereses

«El ponente de la causa cesa en su obligación y la pone en manos de quien es íntimo amigo del juez prevaricador [en referencia a Baltasar Garzón, que en 2012 fue expulsado de la carrera judicial por haber ordenado las escuchas ilegales en el caso], que montó esta causa con la inestimable ayuda de las cloacas del Estado de entonces».

«Ahora éste [Garzón] es contratado por la ministra de Justicia para que asesore en temas de Justicia universal; el instructor actual es un ex director general del PSOE [José de la Mata], al anterior lo condenaron por prevaricación y también fue diputado del PSOE», prosigue.

«Se han abierto numerosas piezas para multiplicar los delitos, las penas y, sobre todo, para hacer un uso político de las mismas, fustigar al PP, derrocar su Gobierno, tener, en fin, juicios Gürtel en la recámara para cada vez que se celebren elecciones locales, autonómicas o generales», sostiene.

 

 

La comida de Villarejo

La carta de Correa cobra especial relevancia toda vez que, en las últimas fechas, ha trascendido un audio grabado por el comisario Villarejo en el que éste cuenta, a mandos policiales próximos a Rubalcaba, cómo él había cocinado en compañía de Garzón el caso Gürtel antes de que el juez iniciara incluso el procedimiento.

En esa conversación, grabada por él mismo durante una comida en octubre de 2009 en la que estuvieron presentes el propio Garzón y la hoy ministra de Justicia y entonces fiscal, Dolores Delgado, el comisario se jacta de ello cuando eso sí ambos se habían marchado y sólo quedaban policías: "Comimos Balta, Juan Antonio, el Oli y yo, preparando lo de la Gürtel, en agosto, o sea, justo cuando al día siguiente admitía él el tema y tal y cual y estábamos haciendo así y tal y tal".

 

La sentencia de este caso de corrupción le costó el Gobierno al PP y fue esgrimida por el PSOE para lanzar una moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa con los votos de Podemos y de todos los partidos separatistas. Rajoy, que no era juzgado por unos hechos ocurridos en municipios madrileños en 2003, sólo acudió como testigo a la sala de la Audiencia Nacional que llevaba el caso.