| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

Enfado monumental de los senadores del PP con Soraya: "Hemos hecho el ridículo"

Lo que prometía ser una venganza contra el PNV por apoyar la moción de censura de Pedro Sánchez ha quedado reducida a la mínima expresión. En el centro de la polémica, la exvicepresidenta.

| A.I.M. España

Parecía que el PP iba a mandar diez plagas sobre el PNV y el País Vasco en venganza por el voto favorable de los de Andoni Ortuzar a la moción de censura, pero finalmente fue mucho menos. 

Los apenas 35 millones de euros que las enmiendas del PP en el Senado (donde tiene mayoría absoluta) restan a las inversiones en el País Vasco han soliviantado al grupo parlamentario popular que dirige José Manuel Barreiro, porque son poco comparados con los 540 millones de euros de inversiones pactadas en los Presupuestos. 

"Hemos hecho el ridículo", sostiene una senadora popular. Porque el propio Barreiro defendió con mucha vehemencia la semana pasada que el PNV debía atenerse a las consecuencias de sus actos. Y no fue el único.

En el centro de la polémica se sitúa Soraya Sáenz de Santamaría, puesto que las enmiendas del PP en el Senado llevan su sello personal. Según contó este lunes ella misma en una conversación informal con periodistas, se limitó a "echar una mano" a la dirección del grupo popular en la Cámara Alta, ahora que ya no tiene ocupaciones en La Moncloa.

Sin embargo, otras fuentes apuntan a que su intervención fue mucho más, porque suyas fueron las instrucciones para rebajar la tensión con el PNV. Ayudada por el exministro de Energía y exdirector de la Oficina Económica de la Presidencia, Álvaro Nadal

El martes pasado, cuando el enfado del PP con los nacionalistas vascos seguía en su máximo apogeo, Alfonso Alonso, líder del PP vasco y hombre muy cercano a Sáenz de Santamaría, ya dejó caer en privado a la salida del Comité Ejecutivo Nacional del partido que la venganza iba a quedar reducida a la mínima expresión. No era intuición: era información de primera mano.