Ayuso y las lenguas viperinas que ha cerrado con el Zendal

¿Se acuerdan de las campañas contra el hospital Enfermera Isabel Zendal mientras se construyó y cuando, tres meses después, se inauguró?

Fueron muy llamativas, porque la izquierda política y mediática cargó duramente contra la creación de un hospital público específico para luchar contra el COVID, nada más terminar la primera ola, cuando la pandemia se cebaba contra los españoles. Corría diciembre de 2020 y el hospital público, y recalco el carácter público, abrió sus puertas.

Isabel Díaz Ayuso y su consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, tuvieron claro que el virus no volvería a pillar a Madrid sin suficientes infraestructuras hospitalarias para atender a los enfermos. Ambos se pusieron el chubasquero y aguantaron el chaparrón de demagogia que los adversarios les descargaron. Fueron lenguas viperinas. Críticas injustas y desproporcionadas. Algunos rozaron hasta el insulto personal.

Pues bien, han pasado trescientos días con el hospital abierto y se ha demostrado el acierto de aquella decisión y, por contra, lo lamentable que es hacer política con la camiseta partidista en asuntos como la salud, que deberían reunirnos a todos. El tiempo siempre pone a cada cual en su sitio. Demasiados han quedado bien retratados.

El tiempo pone a cada uno en su sitio. Muchos han quedado retratados

Los datos cantan: hasta el momento, un centro hospitalario que ya es referencia internacional ha atendido a más de 8.000 pacientes y ha llegado a tener 600 ingresados a la vez. Y, sobre todo, ha permitido a la demás red hospitalaria de Madrid seguir funcionando sin colapsos para atender a pacientes de otras enfermedades no relacionadas con el virus maldito.

Además, en el Zendal en estos meses se ha vacunado a más de 1,6 millones de personas durante las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana.

La izquierda política y mediática, insisto, cuando ahora observa el hospital Enfermera Isabel Zendal debe hasta callarse.

Isabel Díaz Ayuso, además de cortar alguna ilustre coleta política, ha cerrado una vez más muchas bocas demasiado propensas al parloteo sin fundamentos.