| 04 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Juanma Moreno y Alberto Núñez Feijóo
Juanma Moreno y Alberto Núñez Feijóo

Moreno se encamina hacia la reelección aupado por Feijóo y los temores del PSOE

El presidente andaluz perfila el adelanto electoral aprovechando el auge de los populares en las encuestas y el declive de Sánchez y su “apuesta fallida” con Espadas

| Esther Jaén España

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Cuentan los días tanto en los cuarteles generales de Génova 13 como en Ferraz y en el Palacio de la Moncloa. Ya todos dan por hecho que, si no es este martes 19, será el próximo, el 26 de abril, cuando el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, disuelva el Parlamento andaluz y convoque elecciones autonómicas para el próximo 12 de junio o para el 19 lo más tardar. 

Consciente de que la legislación de su autonomía le impide celebrar los comicios en los meses de julio y agosto y que en noviembre expira su mandato en última instancia, Moreno va a intentar, según fuentes del PP andaluz, aprovechar el “momento dulce” que auguran las encuestas al PP. 

La salida de la crisis del PP, el “efecto Feijoo” y las encuestas propias, que auguran la victoria a Moreno (que fue segunda opción en las elecciones de 2018, aunque la suma con C´s y el apoyo externo de Vox le permitió llegar hasta nuestros días gobernando la Comunidad Autónoma más poblada de España) son razones de peso para el presidente andaluz. 

A su favor, aseguran estas mismas fuentes, está el “tirón personal” que ha desarrollado el presidente de la Junta de Andalucía en los últimos cuatro años, hasta el punto que sus estudios y sondeos revelan que el líder del PP andaluz está mucho mejor valorado que la propia marca PP en Andalucía, hasta un total de 7 puntos por encima la figura de un Juanma Moreno moderado y con voluntad de modernizar la comunidad andaluza, pero sin sobresaltos. 

Los estudios y sondeos internos revelan que el líder del PP andaluz está mucho mejor valorado que la propia marca PP en Andalucía

“En Andalucía- aseguran fuentes populares- la marca Juanma Moreno tira más que la marca PP. Y eso hay que aprovecharlo”. Que nadie se sorprenda, por tanto, si vemos una campaña electoral del PP personalista, con mucha imagen y pocas siglas PP. Y con una presencia intensa del flamante líder nacional, Alberto Núñez Feijoo, un maestro en el arte de ocultar siglas y destacar lo importante, como ha demostrado en sus campañas electorales en Galicia, donde obtuvo hasta cuatro mayorías absolutas consecutivas.

El mismo peso que tienen las razones de los populares, para intentar agilizar y convocar las elecciones andaluzas en estos momentos de buenos augurios electorales, lo tienen en contra los argumentos del PSOE. Sus encuestas llegan a vaticinar hasta dos escaños por debajo del resultado que condenó a Susana Díaz a la oposición, pero en este caso para el candidato Juan Espadas, aupado y alentado por Pedro Sánchez, quien puso todo su empeño en empujar a Díaz fuera de la dirección del PSOE de Andalucía y, por ende, del liderazgo del primer partido de la oposición. 

En definitiva, lo que apuntan las encuestas propias y ajenas para los socialistas es una derrota, con peor resultado del que obligó a Díaz a rendirse y entregarse a Sánchez, aceptando el escaño en el Senado que hoy ocupa al tomar la puerta de salida. El peor resultado de su historia.

“En una campaña electoral puede ocurrir cualquier cosa”, repiten quienes saben que, en política, no hay nada escrito y que dos meses pueden ser un mundo para cualquiera, pero la tendencia en este momento es dulce para el PP, siempre que Vox no le amargue el resultado con un subidón espectacular y la exigencia idéntica a la esgrimida en Castilla y León: “o cogobernamos o se repiten las elecciones”. 

Precisamente, esa es la baza que van a jugar los socialistas: “¡que viene la ultraderecha!” y, muy probablemente, venga. Pero de momento ya ha llegado a Castilla y León y más allá de debates semánticos sobre el cambio de nombre a las políticas, está por ver si se atisba un cambio real en la vida de la gente y si, de haberlo, eso provoca una oleada de pánico tal que sea capaz de llegar hasta Andalucía y modificar la intención de voto de los andaluces. Desde luego, en el PSOE estarán pendientes del mínimo detalle para tratar de explotarlo. Dependerá de Vox si quieren hacerse notar más o menos y dar tres cuartos al pregonero… y al PSOE.