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Olivia y Anna
Olivia y Anna

El radar busca desesperadamente el cuerpo de Anna y de su padre asesino

La localización del cuerpo de Olivia este jueves confirmó el peor de los desenlaces, la policía cree que ambas fueron arrojadas al mar por su padre tras secuestrarlas.

| Andrea Jiménez España

Tomás Gimeno asesinó a sus hijas Anna y Olivia, las metió en dos bolsas de deporte y las lanzó al mar lastradas con un ancla. Ese es el escenario en el que siguen trabajando los investigadores después de que este jueves apareciera el cuerpo de Olivia, la mayor de las hermanas desaparecidas el pasado 27 de abril.

La localizó el  buque oceanográfico 'Ángeles Alvariño' en una zona que llevaba rastreando varios días sin descanso, después de que aparecieran la botella de oxígeno de submarinismo de Gimeno y un edredón, confirmando el peor de los augurios.

 El cuerpo de la pequeña Olivia, de seis años, apareció  dentro de la bolsa de deporte y junto a ella, se encontro otra más, pero vacía, por lo que siguen buscando sin descanso para encontrar Anna y también a su padre, después de este brutal desenlace que ha conmocionado a toda España.  

Las cámaras del Puerto Deportivo Marina Tenerife captaron a Tomás Gimeno el día de la desaparición. Según las imágenes, llegó al muelle con su coche a las nueve y media. Dio varios viajes entre su vehículo y la lancha para llevar maletas . Poco antes de las diez sale a navegar y regresa a las once y media. Compró un cargador en una gasolinera cercana, cargó la batería en la garita del vigilante del muelle deportivo y a las doce y media zarpa por última vez, ahí se perdió el rastro por completo.

Sigue la búsqueda de Anna y Tomás Gimeno

 Así, una vez que se ha encontrado el cuerpo sin vida de Olivia, todos los esfuerzos se centran en localizar a su hermana y su padre. El buque oceanográfico 'Ángeles Alvariño' continúa a esta hora de la mañana en la zona donde, en el día de ayer,  para tratar de encontrar a Anna, de tan sólo un año, y su padre, Tomás Gimeno.

El barco del Instituto Español de Oceanografía (IEO) está equipado con un radar de barrido lateral y un robot marino que han sido vitales para hallar, primero, una botella de buceo y una funda nórdica propiedad de Tomás y, finalmente, el cuerpo de Olivia.

En estos momentos el buque se encuentra a unas tres millas náuticas del puerto de Santa Cruz de Tenerife, en la misma zona donde se produjo la última conexión con el teléfono móvil de Tomás y donde ha permanecido prácticamente desde su llegada a la isla.

Tras el hallazgo de Olivia, de seis años, las redes sociales se han llenado de mensajes de solidaridad dirigidos a Beatriz, la madre de las niñas, y su familia y allegados. Asimismo, el Ayuntamiento de Santa Cruz ya ha convocado un minuto de silencio a las 12.00 horas.

Más de 40 días de angustia

La desaparición de Anna y Olivia se produjo el martes 27 de abril. Tomás Gimeno recogió a sus hijas a las cinco de la tarde, tal y como había pactado con Beatriz, madre de las niñas. Aunque debía entregarlas a las nueve de la noche, nunca llegó a hacerlo. A partir de entonces se suceden una serie de llamadas en las que Gimeno advierte a Beatriz de que no las volverá a ver nunca más. También envía mensajes de despedida a su padre y a amigos.

Beatriz y el padre de Tomás denuncian los hechos ante la Guardia Civil y la tarde del miércoles aparece una embarcación propiedad de Gimeno a la deriva y vacía frente al Puertito de Güímar. Al día siguiente, con la primera luz del día se despliega un amplio dispositivo de búsqueda que halla flotando en el mar una silla de coche para bebés que pertenece a Anna, la menor de las niñas.

Como consecuencia de la desaparición, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güímar incoa diligencias previas por la presunta comisión de un delito de secuestro y declara la investigación bajo secreto de sumario. La Guardia Civil también encuentra restos de sangre en el baño de Tomás Gimeno. Finalmente se comprueba que son de él.

 

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La UCO se sumó a la investigación y registró la lancha de Gimeno

La investigación llevó aparejado varios registros en la finca propiedad de Gimeno, situada en Igueste de Candelaria, donde nunca se encontró nada relevante. Tampoco en la lancha y en el coche. Incluso se llegó a usar perros de la Guardia Civil especializados en la búsqueda de restos biológicos.

Desde que se produjo la desaparición de las niñas, la Guardia Civil siempre ha barajado numerosas hipótesis, entre ellas que pudiese haber huido con la ayuda de terceras personas o que los cuerpos pudieran haber sido arrojados desde la lancha y estar en el fondo del mar, pero los indicios de la policía nunca encajaron con esta posibilidad.

Pese a todo, las diligencias siguen declaradas secretas por el Juzgado de Instrucción Número 3 de Güímar y, en este momento, se desconoce el paradero del padre de las niñas y de su hija Anna, por lo que el buque oceanográfico sigue rastreando la zona en la que se perdió por última vez el rastro del teléfono móvil de Tomás.