| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Irene Montero en el Congreso de los Diputados
Irene Montero en el Congreso de los Diputados

Irene Montero ejerce todo su poder para laminar protestas que ella hacía

La ministra de Igualdad ha decidido denunciar a Cristina Gómez, edil de Vox en Galapagar, porque, según el escrito, acude cada tarde a protestar frente a su casa.

| Y. L. España

Primero Pablo Iglesias lo catalogó de "jarabe democrático de los de abajo", y hace unos días Irene Montero argumentaba, ante las protestas que se celebraban frente a su casa, que ya venía "llorada de casa", asegundo que "es una práctica que se va a generalizar". Pero solo unas semanas más tarde ya ha utilizado todo su poder como ministra para intentar laminar a los que se manifiestan a las puertas de su casa.

Y es que, primero el Ministerio del Interior ordenó el cierre al tráfico de la calle en la está situado su chalet de Galapagar, evitando que las protestas se realizaran frente a su puerta, para, posteriormente, mandar a una unidad de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS), destinada al control de masas y a garantizar el orden público en grandes concentraciones, para reprimir las caceroladas.

 Pero ahora la ministra de Igualdad ha ido un paso más allá y ha recurrido a la Justicia para denunciar a Cristina Gómez, una concejala de Vox del municipio de la sierra madrileña en el que reside, por coacciones y acoso diario, tanto en su domicilio como en las redes sociales.

Según el escrito presentado ante el juzgado de Instrucción de Collado Villalba, Gómez ha acudido durante el estado de alarma a las proximidades del domicilio de los líderes de Podemos para "insultar" y asegurar que "no va a parar" con sus protestas hasta que Montero e Iglesias abandonen su casa y el país "con destino Venezuela".

Junto a ello, añade como agravante la difusión de estos insultos en las redes sociales como cargo público del Consistorio lo que "incide en la responsabilidad de su conducta", aportando, además los enlaces en Twitter en los que la concejala asegura que "como todos los días no faltamos a nuestra cita".

Así, pues la ministra de Igualdad parece que ha cambiado de opinión respecto a las protestas contra los políticos, ya que si antes era una activista que participaba en ellos, ahora utiliza todos los resortes del Estado que tiene a su alcance para intentar pararlos.

Sin embargo, para intentar ocultar esta contradicción continua en la que ha caído Podemos desde su llegada al Gobierno, la ministra ha asegurado en Los Desayunos de TVE que las protestas en las que ella participaba y las que se producen frente a su casa "no tienen nada que ver". 

De hecho, ha insistido en que "los escraches son una forma legítima de reivindicación, y después está acudir a diario durante más de un mes a casa de un político, en este caso un vicepresidente y una ministra, a decir que no van a parar hasta que nos vayamos a vivir a Venezuela".

Por ello, considera que las personas que acuden a su domicilio no se congregan porque tengan una reclamación política que quieran trasladarle, sino que son manifestaciones de "odio y rabia", obviando, que sí que existe una razón para la protesta: la mala gestión de la pandemia llevada a cabo por el Gobierno al que pertenece.