Sánchez busca el deshielo con Aragonès para asegurar la mayoría de investidura

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se verá este viernes, tras concluir el Debate del Estado de la Nación, con Pere Aragonés, tras meses de distanciamiento entre ambos gobiernos por el caso del supuesto espionaje a políticos independentistas con el sistema Pegasus.

A nadie se le escapa que Sánchez necesita a los independentistas catalanes, y en especial a ERC, para apuntalar la mayoría que le llevó a la Moncloa y que le permite sacar adelante leyes y presupuestos.

Tras cuidar las relaciones con los partidos vascos y los últimos acuerdos con Bildu, que garantizan al PSOE su apoyo parlamentario, toca cuidar a los independentistas catalanes, que están en tensión con los socialistas desde que estallo el caso Pegasus. En este Debate del Estado de la Nación se volvió a ver cuando una de las intervenciones más duras fue precisamente la que protagonizó el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, con las balas de la valla de Melilla en el estrado.

Rufián irrita a Sánchez mostrando en la tribuna tres balas de Marruecos

Las relaciones políticas entre el Gobierno de Sánchez y la Generalitat siguen congeladas por el caso Pegasus, pero ahora el presidente buscará ese deshielo pese a que desde el gobierno de Pere Aragonès aseguran que “no esperan mucho” del encuentro.

Desde la Generalitat de Cataluña siguen con su hoja de ruta, reclamando “para resolver el conflicto un referéndum de autodeterminación y poner fin a la represión a través de una amnistía”, pero la reunión con Sánchez, pese a que saben que esas propuestas son inasumibles, puede servirles para avanzar en la mesa de diálogo que siempre han reclamado entre Gobierno central y catalán.

Aragonés arruina la fiesta a Sánchez y vuelve con el "raca raca": amnistía y referéndum

El deshielo entre ambos gobiernos empezó semanas, cuando en la Moncloa se vieron el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y Laura Vilagrà, consellera de Presidencia, cita que repitieron en la Generalitat para preparar el encuentro del 15 de julio entre ambos presidentes. Sánchez volverá a verse las caras con Aragonès, otro socio necesario para poder acabar la legislatura en Moncloa ahora que tiene pacificados a Podemos y a los partidos vascos.