| 05 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Aguirre ha puesto en un brete a Rajoy con su gesto
Aguirre ha puesto en un brete a Rajoy con su gesto

La certera estocada de Aguirre con su dimisión marca el camino a Rajoy

La dimisión de la presidenta del PP de Madrid sacó de su cuento de la lechera al líder del PP y a sus "últimos de Filipinas". Aguirre le ha puesto el listón alto a Rajoy indicando la salida.

| Miguel Blasco España

El domingo 14 de febrero, Día de San Valentín, Esperanza Aguirre dio una estocada certera al corazón de Mariano Rajoy. La presidenta, tres días después de que la Guardia Civil entrara en la sede del PP madrileño en la calle Génova, plegó velas: presentó la dimisión como responsable del partido, asumió la responsabilidad política por no haber vigilado lo suficiente y puso a Rajoy ante una encrucijada.

Cada vez parece más evidente que el presidente del PP se encuentra atorado. Por mucho “tranquila, Soraya, que esto sale”. Rajoy se ha quedado sin “amigos” para formar esa “gran coalición” que necesita para gobernar. Y ni unas nuevas elecciones, con él al frente, garantiza la estabilidad. Ni en el Gobierno ni en el propio PP.

La situación es desesperante para buena parte de los cuadros populares, donde la procesión va por dentro. El gesto del pasado viernes a Pedro Sánchez selló cualquier remota aproximación hacia el líder socialista que cree que ha llegado su momento.

El gesto de Aguirre se suma a las palabras de Rivera: con Rajoy al frente el PP no tiene nada que hacer

Más peliagudas son las palabras de Albert Rivera, que una vez más volvió a insistir en que “quien no sabe limpiar su partido no puede limpiar España de la corrupción”. El líder naranja es el último cartucho que le queda al PP. Pero a cambio hay un requisito imprescindible: Rajoy tiene que irse. Ahora, con el ejemplo de Aguirre, la presión es mayor. El “te comprendo” con el que mensajeó a la ya expresidenta del PP es un arma de destrucción masiva. Porque si comprende el gesto de Aguirre, ¿qué decir de los casos que acosan a la formación? ¿Por qué Aguirre sí y Rita Barberá no sólo no, sino blindada?

La petición de Rivera resulta lógica y sigue la estela marcada en Andalucía y Madrid. Los casos de corrupción del PP se acumulan y han convertido a su presidente en materia radioactiva. Nadie acepta ir junto a él porque nadie sabe lo que puede aflorar. Una sensación que ya se percibe hasta en las propias filas populares. La oportunidad de Rajoy de un gesto contra la corrupción pasó de largo cuando optó por bunkerizar a la exalcaldesa de Valencia. Otro tren perdido.

Rajoy perdió el tren de la lucha contra la corrupción cuando blindó a Barberá.

 El panorama es desolador: el partido, con la sensación de andar metido en un campo de minas que esperan para hacer explosión; el Gobierno, en funciones y paralizado. Que altos cargos de la cúpula como Javier Maroto o Andrea Levy hayan lanzado las primeras –y tímidas- andanadas a la situación era cuestión de tiempo porque los cortafuegos levantados no funcionan.

Los “últimos de Filipinas” del marianismo, a los que en el PP les achacan buena parte de la responsabilidad, se encastillan en la defensa de Rajoy. Si desaparece él, desaparecen ellos. Aunque el problema está en que a este paso lo que desaparecerá será el PP anegado entre titulares de corrupción.