| 19 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Pedro Sánchez junto a la presidenta del PSOE, Cristina  Narbona, este martes durante la ejecutiva federal.
Pedro Sánchez junto a la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, este martes durante la ejecutiva federal.

La rebelión de los barones obliga a Sánchez a rectificar su ultimatúm a Susana

Sucesión de mensajes de apoyo de Javier Fernández, Ximo Puig y Javier Lambán a la presidenta derrotada. Indignación con Oscar Puente que obliga a Ábalos a desdecirse en 24 horas.

| Miguel Blasco España

Sacudido por la esquizofrenia que el tsunami andaluz ha provocado en todas sus estructuras, y desenvainadas algunas navajas que sobrevivieron a la guerra civil de las primarias que devolvieron a Pedro Sánchez la Secretaría General, el PSOE ha tratado este martes por la vía de urgencia de calmar las revueltas aguas internas y frenar una inercia que le llevaba a una inoportuna batalla de consecuencias impredecibles: la de Ferraz contra el aparato del PSOE-A.

Susana Díaz ha mantenido en las últimas horas una conversación telefónica con Pedro Sánchez, de regreso de Polonia -"ha estado muy cariñoso", ha revelado la lideresa en horas bajas- y con esa charla ha acudido a presidir la primera reunión de la Ejecutiva Federal tras el desastre del 2-D. Pero, previamente, Díaz había recibido la solidaridad y el apoyo expreso de varios barones territoriales: entre ellos Javier Fernández (Asturias), Ximo Puig (Valencia) y Javier Lambán (Aragón). Cierre filas entre los antiguos aliados contra el hoy presidente del Gobierno.

Entre los líderes regionales había crecido a lo largo de la tarde-noche de este lunes el malestar, rayano en la indignación. Primero por unas palabras del alcalde de Valladolidad y portavoz de la Ejecutiva, Óscar Puente, en las que endosaba a Susana Díaz toda y la únical responsabilidad de la derrota. Despúes, las del propio número tres socialista y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, instando a la "regeneración" de los socialistas andaluces.

Ese malestar, con decenas de llamadas cruzadas y mensajes discretos de Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba y José Luis Rodríguez Zapatero al entorno de Sánchez, han obligado a Ábalos a matizar sus palabras para aclarar que la dirección federal del partido no pedirá la dimisión de Susana Díaz ni siquiera si fracasa en su intento de mantener el Gobierno en Andalucía.

En rueda de prensa en la sede del partido en Ferraz se ha autoenmendado y ha sostenido que cuando el lunes habló de la necesidad de "regeneración" en el PSOE de Andalucía no le estaba enseñando ninguna puerta de salida a Díaz.

 

 

El núcleo duro de la Ejecutiva Federal del PSOE, este martes, reunida para abordar la debacle andaluza.

 

Sánchez, que ha vuelto a esconderse de los periodistas pese a haber transcurrido ya 48 horas de los comicios y a que ya han intervenido todos los líderes del resto de partidos, ha pedido a los suyos calma. Aunque, hasta el momento, no ha esbozado el menor atisbo de autocrítica por los posibles efectos de su gestión en la desmovilización de su electorado en Andalucía.

En su tercera comparecencia ante la prensa desde el escrutinio, Ábalos ha reiterado el argumentario de las últimas horas achacando la derrota del PSOE a la "baja participación" y la irrupción de Vox a la "debilidad del PP". Y, además, ha reprochado a Ciudadanos que contribuya al "blanqueo" del partido de Santiago Abascal.

La ejecutiva federal, sin ningún miembro del susanismo y con todos los representantes del socialismo andaluz afines a Sánchez siguen analizando dato a dato, pueblo a pueblo. Su líder romperá su silencio esta noche en Telecinco ante Pedro Piqueras.