| 09 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La mueca de perplejidad de Pastor y doña Letizia dando la espalda
La mueca de perplejidad de Pastor y doña Letizia dando la espalda

Por qué no cuela el comunicado de la Casa Real para salvar la cara a Sánchez

El extraño e inverosímil comunicado del Rey para "rescatar" a Sánchez ha soliviantado a media España, que no entiende ese auxilio. Pero además presenta cinco grandes lagunas.

| Javier Rodríguez España

La Casa Real atendió este fin de semana el SOS de Pedro Sánchez para sacarle del entuerto protocolario en el que él se metió, junto a su esposa, al situarse junto a los Reyes y compartir con ellos el tradicional besamanos del Palacio Real a las autoridades.

Según su comunicado, todo fue un malentendido atribuible a los servicios protocolarios de la propia Corona, ya que en "todo momento" el presidente y su mujer, Begoña Gómez, siguieron las instrucciones que ellos les dieron.

 

El texto, que ha incendiado las redes sociales y suscitado perplejidad en una parte de la clase política al intentar blanquear unas imágenes que todos pudieron ver con sus propios ojos, hace aguas, sin embargo, en puntos cruciales que avalarían que se trata de una ayuda a La Moncloa antes que de un relato veraz de los hechos.

"Y es sorprendente que salgan a ayudar a quienes están gobernando con partidos que exigen la República y reprueban al Rey, ofendiendo de paso a quienes defienden la Corona y ahora se les deja tirados", explican a ESdiario fuentes políticas de primer nivel. En todo caso, el comunicado adolece de peso y las imágenes de ese día desmontan por si solas la tesis de que se quedaron allí para hacerse una foto con el resto de poderes del Estado en torno al Rey. Éstas son las lagunas:

 

¿Qué hacía Begoña Gómez?

 

Si la decisión de quedarse junto a don Felipe y doña Letizia fue de la Casa Real y atendía al deseo de hacer una inusual foto de "familia" institucional con los representantes de los distintos poderes del Estado -Ejecutivo, Legislativo y Judicial-, ¿por qué se quedó la mujer del presidente si no tiene encaje institucional alguno ni ostenta ninguna responsabilidad constitucional?

 

¿Por qué Ana Pastor siguió de largo si tenía que hacerse esa foto?

 

Como representante del poder legislativo, desde su puesto de presidenta del Congreso, Ana Pastor tenía que haber sabido con antelación de los planes de la Casa Real de hacer esa foto de familia y, en consecuencia, se tenía que haber parado junto a los Reyes y el presidente. No lo hizo, lo que demuestra que no sabía nada y, aún más, no pudo evitar una mueca de sorpresa o desagrado cuando vio a Sánchez y a su esposa protagonizando el besamanos.

 

 

 

¿Por qué entró todo el mundo si había una foto prevista?

 

Si hubiese estado prevista esa fotografía institucional por el protocolo de la Casa Real, no hubieran dejado entrar a la vez a todo el mundo. Pero lo hicieron. Sánchez y esposa se metieron en el salón por delante del resto, pero al mismo tiempo que ya se abría la puerta y entraba el resto de autoridades e invitados. Aun en el caso de que estuviera previsto  ese "selfie" institucional, el presidente y su esposa vieron que allí accedía todo el mundo y, sin embargo, se quedaron voluntariamente a saludar.

 

¿Por qué el ujier salió despavorido hacia Sánchez y no hacia el resto?

 

Si fuera cierto lo que sostiene la Casa Real, el ujier presente en la sala hubiese ido a frenar al resto de invitados o a cerrar la puerta de acceso para que sólo pudieran entrar allí las autoridades previstas. Pero no: se dirigió raudo, casi de manera explosiva, hacia Sánchez y su esposa, que no dijeron nada pese a que podían haber preguntado, perfectamente, por la supuesta foto.

 

¿Por qué doña Letizia da la espalda si estaba previsto?

 

Si fuera cierto lo que sostiene la Casa Real, la Reina nunca hubiera dado la espalda a Sánchez como hizo, y de manera ostentosa. El protocolo hubiera resuelto de otra forma la presencia conjunta, pero nunca con un gesto que, en términos de lenguaje corporal, es un mensaje de desagrado equivalente a preguntarse "¿Qué hacen aquí?". Doña Letizia era consciente de la cercanía de Sánchez y de su esposa y optó por la respuesta más sutil: ni podía compartir ese momento con ellos ni expresar su contrariedad verbalmente. Y optó por darles la espalda.