| 07 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Arrimadas y Carrizosa en un acto de campaña.
Arrimadas y Carrizosa en un acto de campaña.

Tambores de guerra en Cs ante el descalabro de Arrimadas en Cataluña

La fuga de votos al PSC y la abstención están teniendo un efecto devastador en las previsiones del partido naranja, que puede quedarse en 10 diputados. En el punto de mira, su presidenta.

| Ana Martín España

 

La noche electoral del domingo 14 de febrero amenaza con ser una auténtica carnicería en la sede de Ciudadanos, y ello tiene muy preocupados a los naranjas. 

Suenan los tambores de guerra en Cs ante las pésimas perspectivas electorales del partido que ganó los comicios en 2017. Y las miradas se dirigen directamente a Inés Arrimadas. Barones como el andaluz Juan Marín y el castellano y leonés Francisco Igea le esperan cual arrieritos. en el camino 

Más problemas para la jerezana después de su infructuoso intento de pactar los Presupuestos con Pedro Sánchez y alejar al presidente del Gobierno de las malas compañías del independentismo catalán y vasco.

Esta vez Arrimadas no puede escudarse ni excusarse en la herencia de Rivera

Esta vez la presidenta del partido no puede escudarse en la herencia recibida de Albert Rivera, que en el Congreso dejó un grupo parlamentario en el chasis (10 escaños) que venía de haber obtenido 57 diputados medio año antes, en abril de 2019.

Esta vez es ella. Ella y sus circunstancias. Fue Arrimadas quien decidió saltarse lo decidido por la militancia en primarias y elegir candidato a Carlos Carrizosa destronando a Lorena Roldán, que ha acabado de número dos de la candidatura del PP. También fue Arrimadas quien renunció a presentarse a la investidura y después dejó el Parlament para trasladarse al Congreso. 

Carlos Carrizosa no fue elegido candidato por la militancia sino por Inés Arrimadas.

 

De hecho Cs sigue sangrando por esa herida en esta campaña. No en vano, Salvador Illa ha hecho de ello su principal promesa: "No me iré como han hecho otros", repite machaconamente el candidato del PSC, trayendo constantemente a la memoria de los constitucionalistas aquella espantada de Arrimadas que Cs sigue pagando. 

La fidelidad de voto de Cs, por los suelos

Es precisamente PSC la formación que más está rentabilizando en las encuestas la sangría de Cs. De hecho, de eso iba la operación Illa, de hacerse con el voto desencantado de Cs pero que no habría votado a Miquel Iceta, sino que amenazaba con quedarse en casa. Aunque también se está yendo voto al PP y a Vox. El portal Electomanía sitúa la fidelidad de voto de Cs en el 28% (quienes lo votaron en 2017 y lo harán ahora), la más baja de todos los partidos. 

Cs obtiene 10 escaños de media en las encuestas frente a los 37 actuales

En las filas naranjas confían en que el pésimo resultado acabe siendo, al final, un mal resultado. En quedar por delante de lo que arrojan los sondeos y, sobre todo, del PP y de Vox, enfrascados ambos en su propia guerra. De los 37 escaños de 2017 puede desplomarse hasta 10, ésa es la media que vienen dándole las encuestas. Pero tal vez sean incluso menos, dependiendo de los restos en cada circunscripción. Eso temen.

La estrategia de Arrimadas ante los llamamientos de Illa al voto útil pasa por pintar a Cs como el único partido capaz de evitar un pacto de los socialistas con ERC. Por ello y por movilizar a la gente, puesto que el electorado naranja es tradicionalmente abstencionista, y con el miedo al coronavirus más.

"El primer partido ahora mismo es la abstención y la indecisión, tenemos que movilizarnos para no tener otros cuatro años de procés, y por eso hay que hacerlo con un voto seguro, un voto que no acabe en ERC", señaló este viernes en un acto con Carrizosa.

Este sábado Cs celebrará el acto central de su campaña. Uno cargado de simbolismo, puesto que será la vuelta a casa de varios de los fundadores del partido que renegaron de él cuando Rivera vetó a Sánchez. Entre ellos Francesc de Carreras y Félix de Azúa. Pero en Cs ya es tarde para casi todo.