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Pablo Iglesias en Salvados
Pablo Iglesias en Salvados

Iglesias compara a sus hijos con la Cañada Real para justificar los escraches

El líder de Podemos sigue sin condenar los escraches a sus rivales mientras moviliza a la Policía y a los juzgados para evitar las protestas a 500 metros de su casa.

| Yolanda Lorenzo España

Pablo Iglesias defendió los escraches del pasado, alguno de ellos protagonizado por él mismo, pese a que ahora condena y denuncia las protestas que, desde hace unos meses, él y su pareja, Irene Montero, soportan a unos 500 metros de su chalet en Galapagar, custodiado por al menos una decena de agentes de la Policía Nacional o de la Guardia Civil.

Lo hizo, de una manera peculiar, en una entrevista de Gonzo en el programa "Salvados" de La Sexta, en el que tuvo que escucharse a sí mismo, hace unos años, en un debate televisivo con el periodista Federico Jiménez Losantos. En aquel momento, respaldó sin ambages episodios que antes y después afectaron a dirigentes como Cristina Cifuentes, Soraya Sáenz de Santamaría, Rosa Díez o hasta el propio Felipe González.

Entonces los  consideró una consecuencia de la "violencia social" que genera la crisis y justificó incluso las consecuencias que esas protestas tuvieran para los hijos de los políticos objeto de las protestas. "¿Qué pasa, que los hijos de los políticos valen más que los hijos de los ciudadanos que están desahuciando?", señaló.

 

El programa le puso a Iglesias esas imágenes, que Iglesias visionó con cara compungida y en silencio, con apariencia de estar algo abrumado por el contraste entre lo que dijo entonces y lo que sostiene ahora, si bien intentó encontrar algunas diferencias.

 

 

"Comparar las protestas de la PAH (plataforma antidesahucios), que lo más que hicieron fue ir una vez a casa de un político, un día, con intervención contundente de las Fuerzas de Seguridad.... con lo que han hecho a mi familia... siguen yendo todos los días, desde hace prácticamente un año... es banalizar el fascismo", se defendió.

Pero lo curioso fue el remate: "Mis hijos podrán tener situaciones muy desagradables por ser mis hijos, pero es incomparable con lo que están viviendo los niños en la Cañada Real, que no tienen suministros eléctricos y no se cumplen los derechos humanos... así que ni voy a ir de víctima ni me voy a quejar", concluyó.

En realidad, no solo ha protestado, sino que ha blindado su chalet en la Sierra de Madrid con un amplio cordón policial que, en la práctica, hace inviables las protestas a menos de medio kilómetro. Y, además, ha iniciado acciones legales contra uno de los vecinos que más ha participado en las quejas, consistentes en un despliegue de banderas y, en los comienzos, la utilización de un altavoz para emitir el himno de España.

 

 

En el caso de los escraches, Iglesias llegó a protagonizarlos y a defenderlos públicamente como "jarabe democrático" e incluso afirmó que se inspiraban en Hugo Chávez, "un escrache permanente contra los poderosos".

Desde aquellas palabras en 2013, Podemos nunca ha condenado los episodios de violencia y acoso sufridos por otros dirigentes, con el caso de la entonces vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, como ejemplo máximo.

 

Corría el 5 de abril de 2013 cuando un grupo de 300 personas se concentró frente a su domicilio personal, en Madrid, para protestar contra la dirigente popular, que acaba de dar a luz y mantenía a su bebé en casa en el momento de la algarada.

Polémica entrevista

Las palabras de Iglesias sobre los escraches no fueron las únicas polémicas en su vuelta a La Sexta. Además de defender los indultos a los condenados por el "procés" en Cataluña, hizo una encendida defensa de Carles Puigdemont y un duro ataque, por contra, al Rey Juan Carlos.

"Si está en Bruselas (en referencia a Puigdemont) no es por haber robado dinero a nadie, por haber intentado enriquecerse ni por haber metido la mano en el bolsillo de nadie, sino por llevar sus ideas políticas hasta un extremo que, para mí, es erróneo y no es indiferente al derecho (...) Se ha jodido la vida para siempre por unas ideas políticas que yo no comparto", dijo del político fugado, al que comparó con los exiliados españoles tras la Guerra Civil.