Isabel Benjumea: el escudo derecho de Pablo Casado frente a Vox

Por el momento, Vox ha venido para quedarse. Los estrategas de Génova, 13 parecen ir teniéndolo cada día más claro. Los de Santiago Abascal están ahí y es necesario ir más allá del discurso de que Vox es la garantía de supervivencia de Pedro Sánchez.

Y aunque Pablo Casado no llega -al menos, por el momento- a aquel "nada a mi derecha" de Manuel Fraga, se hace necesario bloquear ese traspaso de votos en las franjas del PP más porosas hacia Vox. Otra cosa es Cs, donde la plana mayor popular sólo busca la disolución absoluta.

En esa labor, aseguran dentro y fuera del partido, tiene asignado un importante papel la eurodiputada Isabel Benjumea, miembro del gabinete de Casado y buena conocedora de los guiños necesarios para retener a los votantes que campan en la frontera entre PP y Vox. Una "extremadura" en la que se dan cita, de forma transversal, sectores vinculados a los populares, unidos en el pasado por su crítica feroz al marianismo y su vinculación, en muchos casos, al entorno de FAES.

Si Casado personificó esa capacidad para navegar entre el aznarismo y el marianismo (sin olvidar el aguirrismo), Benjumea ha hecho lo propio con la integración de los críticos con el anterior presidente del PP en la cúpula del partido.

Enfrente, como han señalado algunos medios de comunicación, tiene a antiguos compañeros de andanzas como Jorge Martín Frías, hoy al frente de la Fundación Disenso de Vox y al que todavía se recuerda asesorando en los primeros debates electorales a Rocío Monasterio.

Tanto Benjumea como Martín Frías compartieron militancia en la Red Floridablanca, el azote interno de Mariano Rajoy, así como el paso por la FAES de Aznar cuando ésta se consideraba el reducto de las esencias del PP "de toda la vida". "Casado cerró ese flanco cuando integró a Benjumea", aseguran fuentes internas populares.

Otros no lo tienen tan claro: "Los floridablancas se han disgregado y cada uno ha buscado acomodo donde ha podido".

Lo que sí es cierto es que no fue casual que Benjumea se encargara de invitar, a bombo y platillo, a Alejo Vidal-Quadras a la Convención del PP.