Un clamor recorre La Moncloa: "¿Hay alguien a los mandos?, ¿Quién manda aquí?"

"¿Hay alguien a los mandos?" "¿Quién manda aquí?" Son preguntas recurrentes de algunos altos cargos del PSOE ante la ruptura de la coalición. Tanta es la tensión que se respira en el Gobierno, que sus dos patas llevan varias semanas pasando las reuniones semanales del Consejo de Ministros como "un mal trago", en palabras de uno de sus miembros.

"Son las ocasiones en las que mayor gravedad refleja el rostro del presidente", describe. Pasan las semanas y el ambiente interno es cada vez más complicado de digerir.

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La convivencia entre PSOE y Unidas Podemos amenaza con transformarse en un dolor crónico. Puertas afuera de La Moncloa surgen tratamientos distintos, pero hay coincidencia en la enfermedad que padece el Gabinete de Sánchez: la existencia de dos gobiernos en uno.

Las alarmas ante la mala imagen presidencial han saltado en La Moncloa. Hay ansiedad por la baja forma de su liderazgo. Un cercano colaborador radiografía: "Todos intuimos lo que hay que hacer, aunque a veces dudo de que Pedro lo sepa"

Esto, avisan dirigentes socialistas, debe llevar a Pedro Sánchez a "una reflexión" para intentar dar la vuelta a la situación de aquí al final de la legislatura. Existe una petición unánime entre los cuadros territoriales de que "algo hay que cambiar". Sin embargo, nadie espera que la reacción del presidente esté a la altura de las circunstancias. Eso sí, lo importante, subraya su entorno, es "acertar".

Porque el Gobierno está roto y su utilidad para el ciudadano es escasa: PSOE y Unidas Podemos van por caminos distintos, a pesar de necesitarse para sobrevivir en el poder. Esta premisa resulta esencial.

Sánchez con varios de sus ministros este martes en la reunión del Consejo de Seguridad Nacional.

Sin embargo, más pronto que tarde, todos creen que Sánchez, lastrado por las malas compañías, deberá aparcar la contención y "dar una vuelta a las cosas" ante la tendencia consolidada del PP, que promete extenderse a lo largo y ancho del país el 28-M sin que el jefe del Gobierno sea capaz de frenarla.

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Quedan apenas cien días para las municipales y autonómicas y el horizonte se presenta irremediablemente cargado de nubarrones para el PSOE. "Sánchez siempre erró en el diagnóstico –avisan alarmados desde distintas federaciones- al creer que los morados eran inofensivos para sus intereses".

La convivencia entre PSOE y Unidas Podemos amenaza con transformarse en un dolor crónico. Puertas afuera de La Moncloa surgen tratamientos distintos, pero hay coincidencia en la enfermedad que padece el Gabinete de Sánchez: la existencia de dos gobiernos en uno.

Al momento más delicado de la legislatura, por el calado de la brecha interna, Sánchez llega como una marca dañada y desgastada. Las alarmas ante la mala imagen presidencial han saltado en La Moncloa.

Hay ansiedad por la baja forma de su liderazgo. Un cercano colaborador radiografía: "Todos intuimos lo que hay que hacer, aunque a veces dudo de que Pedro lo sepa". Tomamos nota.