| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pablo Iglesias
Pablo Iglesias

Dina, Galapagar y su dimisión: los tres desastres que hunden a Iglesias

Las redes destrozan al líder de Podemos por una supuesta detención junto a su casa, una hemeroteca terrible en TVE y el lío eterno con Dina Bousselham.

| El Retuitero Opinión

 

 

Pablo Iglesias vive su peor momento político, por encima de aquel que exhibió una fuerte disidencia interna, saldada con la defenestración de los Íñigo Errejón, Carolina Bescansa, Luis Alegre o, incluo, Ramón Espinar, todos ellos icono del Podemos germinal.

Su batacazo en Galicia y su horrible resultado en el País Vasco le han puesto en la picota y exhibido sus contradicciones, nuevamente, entre lo que hace y lo que dice, con tres ejemplos sangrantes: la falta de reacción tras las comicios, el oscurantismo sobre el "Caso Dina" y la movilización de su detestada Guardia Civil para proteger su casa en Galapagar de todo asomo de protesta.

Sobre lo primero, se ha vuelto a hacer viral un vídeo en el que Iglesias aseguraba, entrevistado por Xabier Fortes el pasado septiembre en TVE, que facilitaría su dimisión si lograra un resultado adverso en las Elecciones Generales del noviembre siguiente; ahora que ha olvidado eso mismo tras el fiasco gallego:

 

 

Huelga decir que el secretario general de Podemos no ha hecho ahora nada de eso, limitando su reacción a un lamento genérico y a la necesidad de abrir una etapa de reflexión: vamos, que ni se va ni consulta sobre su continuidad a las bases, cada vez más exiguas y desmovilizadas.

El otro tema es la hipocresía de quien defendió los escraches y se hartó de denunciar el carácter "represor" de los Cuerpos de Seguridad para, ahora, movilizar a la Guardia Civil de su "amigo" Marlaska para ahuyentar las protestas de sus propios vecinos y, según se denuncia, hasta detener a uno de ellos por acercarse demasiado:

 

 

Y el maratón de desastres se remata con Dina Bousselham, lío eterno con pocos visos de aminorar y con más opciones de añadir un disgusto judicial al que ya sufre en lo político: el bochorno crece con cada nueva revelación, probatoria del montaje que muy probablemente ideó Iglesias para tapar las vergüenzas propias.